Un objeto estelar desconocido está emitiendo tanta luz que rompe los límites astrofísicos
El Universo es una fuente inagotable de asombro y
conocimiento. Como en un gigantesco juego de detectives, los astrofísicos
intentan desvelar misterios cósmicos, y las leyes que los rigen, a partir de
pistas que la luz deja a su paso. No podemos recrear las condiciones dentro de
una estrella, simular los brutales campos gravitatorios que las rodean y ni
siquiera con la tecnología más puntera podríamos lograr una mínima parte de las
fuerzas que operan en objetos supermasivos como los agujeros negros. A excepción
de alguna sonda ocasional que ha logrado recoger muestras de algún asteroide y
a la espera de alguna misión tripulada en el futuro pise y estudie in situ
algún planeta de nuestro vecindario, todo lo que nos queda es la observación y
el estudio minucioso de la luz que recogen nuestros observatorios y
telescopios, tanto en tierra como en el espacio. La mayoría de lo que sabemos
sobre el Universo los hemos averiguado gracias a la luz… pero tan solo
representa una minúscula parte de todo lo que nos queda por aprender. Por eso
siempre tendremos sorpresas apasionantes.
Una de estas extrañezas cósmicas es la protagonista
de un interesante artículo realizado por investigadores de NASA sobre un objeto
denominado M82 X-2 que emite energía electromagnética muy por encima de lo que
nuestros modelos físicos esperarían. La noticia es fascinante y para explicarla
de una manera accesible y amena contaré con la ayuda de dos grandes
astrofísicos, Héctor Socas investigador científico en el Instituto de
Astrofísica de Canarias y director del Museo de la Ciencia y el Cosmos de
Tenerife, y Miguel Santander, astrofísico en el Observatorio Astronómico
Nacional de Madrid.
Hace algo más de una década, en 2012, la NASA lanzó
el telescopio NuSTAR, (siglas que corresponden a Telescopio espectroscópico
nuclear conjunto) con la tarea de observar y obtener datos los objetos más
energéticos del Universo. Entre estos fenómenos se encuentran las denominadas
Fuentes ultra luminosas de rayos X (ULX) cuya luminosidad se encuentra en la frontera
de una ley física conocida como Límite de Eddington. A grandes rasgos, este
límite expresa la cantidad máxima de luminosidad que un cuerpo puede emitir de
manera uniforme según su masa y por eso los eventos más luminosos del cosmos se
corresponden con objetos de masas enormes como los agujeros negros
super-masivos o los quásares. Este Límite de Eddington es una de las ecuaciones
físicas más utilizadas en astrofísica ya que conociendo la luminosidad de un
objeto se puede calcular la masa máxima que puede tener.
Sin embargo, hace tan solo unos meses un artículo
científico publicado en The Astrophysical Journal informaba de un hallazgo
insólito: M82 X-2 era la primera fuente de rayos X ultraluminosa que no se
correspondía con un objeto enorme, en realidad se trataba de una estrella de
neutrones. Esto es un hecho desconcertante: Por primera vez, una simple
estrella de neutrones, con una masa de aproximadamente 1,4 veces nuestro Sol,
era capaz de producir una luminosidad equivalente a diez millones de soles…
“Una de las opciones que se manejó es que alrededor
de esta estrella de neutrones hubiera una nube de materia”, nos explica el
astrofísico Miguel Santander. “Podría ocurrir que, de vez en cuando, algo de
esa materia cayera en la estrella de neutrones y se produjese una especie de
fogonazo”.
Las estrellas de neutrones giran muy rápidamente
(algunas de ellas pueden girar cientos de veces sobre su eje en un solo
segundo) y pueden producir estos flashes, como si fuesen destellos procedentes
de un faro en la costa. “Esto resolvería el problema con el Límite de Eddington
ya que este límite supone simetría esférica y una luminosidad uniforme en el
objeto".
Otra opción, relacionada con la idea anterior, es
que “estos púlsares o estrellas de neutrones producen un faro de forma bipolar,
alineada con un cierto eje, que va girando y que define dos conos de luz que
barren el cielo a gran velocidad”, aclara Santander. “Si resulta que la Tierra,
o en este caso el Telescopio, se encuentra alineada con esos conos, entonces observarás
pulsos como si estuvieras viendo un faro, pero el objeto no está radiando toda
esa energía en toda la superficie, en toda la esfera, sino que está radiando de
manera muy directa mucha energía en esa dirección concreta… y justo es la
dirección en la que te llega a ti, por lo que es lógico suponer que brilla más
de lo que físicamente puede brillar”.
Esta hipótesis, basada en que la estrella enfoca la
luz en un punto determinado, era atractiva y solucionaba el problema con el
Límite de Eddington… sin embargo, el propio estudio la descarta después seguir
durante 7 años la órbita de M82 X-2 y confirmando que existe una transferencia
de masa extrema, “de más de 150 veces el límite de transferencia de masa
establecido por la luminosidad de Eddington”. Los autores señalan que estos
datos tan contundentes “son más que suficientes para justificar su luminosidad,
sin necesidad de enfoque”… Vuelta al punto de partida.
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