El Everest, un paraíso convertido en basurero: "Es realmente asqueroso"
El Comité de Control de la Contaminación de
Sagarmatha (en siglas SPCC) ha publicado los datos sobre la basura recogida en
el Everest tras la temporada de esta primavera.
Conforme a SPCC, se han generado 75 toneladas de
residuos en la temporada de escalada de primavera de 2023 en el campamento base
del Everest. 21.449 kg son desechos incinerables, 7.536 kg no incinerables,
21.507 kg son residuos humanos, y 9.996 kg son residuos de cocina.
Los grupos de expedición bajaron en esta temporada
de los campamentos ubicados en la montaña 8.954 kg de basura. Esto obedece a la
regla de 8 kg, que significa que cada persona que asciende a la montaña luego
debe bajar 8 kg de basura por su cuenta.
SPCC ya ha transportado toda la basura combustible y
no combustible a sus intalaciones de gestión de residuos situado en Namche para
su posterior procesamiento y eliminación, de acuerdo a su comunicado.
Al margen de esto, cabe anotar algunas cosas más. En
el último campamento de la ruta normal, situado a más de 7,900 m en el Collado
Sur del Everest, normalmente permanece la basura para siempre. Todos los
desperdicios se van amontonando allí, año tras año.
Este vertedero es producido por las agencias, siendo
gran parte de ellas agencias nepalíes. Algún que otro alpinista, que no ha
requerido el uso de botellas de oxígeno ni asistencia de sherpa durante el
ascenso y descenso, ha reportado esta primavera que muchos tiran los cilindros
vacíos de oxígeno y la basura en las grietas, o directamente hacia abajo.
Aunque una de las operadoras extranjeras ha recalcado que botella que suben es
botella que bajan, esto no evita lamentablemente la práctica de muchos otros de
contaminar deliberadamente.
Por no hablar de todo tipo de plásticos,
desperdicios humanos y tiendas que se dejan en la ladera del Everest. Las
imágenes que nos llegaron este año (como todos los años), son realmente
desoladoras, y el fenómeno no es nuevo. Con el aumento de turistas de altura
sin experiencia que requieren la asistencia de oxígeno suplementario y de -en
muchos casos- varios sherpas, las agencias y sus empleados ( así como sus
clientes ) prefieren dejar arriba la basura, porque les sale más barato que
bajarla.
El guía argentino Damián Benegas hace unos años
denunció la situación en una entrevista al editorial Desnivel en la que fue
bastante claro.
La calidad del cliente está bajando tanto que
necesita a tres personas para ascender y descender. Dos para asistirle para
equilibrar y otro que le lleva la carga. Pero la verdad es que un cliente así
realmente necesitaría a seis personas para bajar la basura de los otros tres
asistentes. Por este motivo las empresas locales deciden no bajar los desechos
porque si no, tendrían que contratar a tres personas más. Multiplicado por
cientos de clientes esto les produciría un coste que no quieren afrontar, de
acuerdo a Benegas. El guía argentino también habló de las tiendas de campaña
dejadas en los campos de altura, diciendo que como se puede comprar una tienda
del mercado chino por 50 dólares, para las agencias locales es preferible
dejarla arriba que bajarla, porque el coste para retirarlas de los campos
superiores costaría 100 dólares. Las tiendas abandonadas contienen también todo
lo interior, comida, cartuchos de gas etc. "El Collado Sur.. no te haces
una idea de lo que es. Yo he visto a sherpas que levantan la carpa y meten debajo
la cocina entera y la dejan ahí. Es increíble. Y luego vas al Collado Sur y hay
montañas de basura”, dijo Benegas a Desnivel.
Muchos grupos cortan el logo de su agencia impreso
en su tienda de campaña para que no se los pueda identificar. Luego varias
agencias anuncian campañas en las que piden a que se les ayude económicamente
para la retirada de desechos (que ellos mismos producen).
El Parque Nacional de Sagarmatha es Patrimonio de la
Humanidad desde 1979 y es el primer parque nacional de Nepal que fue inscrito
como Patrimonio Mundial Natural. En enero de 2022 se agregaron otros 252 m2
como zona de seguridad adicional.
El mismo problema existe en Pakistán, donde se
encuentra el segundo pico más alto del mundo, el K2. La temporada del K2 de este
año además acaba de empezar.
En los campos de altura hay basura amontonada desde
hace mucho tiempo, es muy triste ver como los grupos expedicionarios colocan
sus tiendas en ese estiércol incrustrado en su ladera. Año tras año se repite el
mismo problema, y a las capas de desechos, plásticos, desperdicios humanos y
tiendas abandonadas se van añadiendo capas nuevas.
A pesar del esfuerzo para limpiar, la dejadez es
superior a los actos de limpieza puntuales, que además, nunca son completos.
Cuerdas fijas antiguas como telarañas cosen el K2, significando asimismo un
gran peligro para los escaladores que llegan el año siguiente.
Una escaladora, Sarah Strattan, escribió en sus
redes sociales el verano pasado tras su expedición en el K2, que "para
empezar, los campamentos 1 y 2 del K2 son asquerosos. Los residuos de
expediciones pasadas y presentes se han acumulado por todas partes y acampas
justo encima de ellos. Además de los campamentos, hay un sinfín de montones de
cuerdas fijas viejas y destruidas de expediciones actuales y pasadas a lo largo
de casi toda la ruta".
Gente que volvió del glaciar de Baltoro, que conduce
al K2 y Broad Peak, reportaban en años también que incluso en el camino había
mucha basura tirada.
Luego, cuando vemos a muchos con sus fotos de cumbre
posando orgullosos, inevitablemente nos preguntamos, ¿dónde queda el amor por
la naturaleza? La gente que convierte las montañas en vertederos no puede tener
el sentimiento de la montaña. El incremento del turismo de altura y el negocio
depredador en torno a él saca lo peor del ser humano. Destrozamos nuestro
planeta a pasos rápidos.
Como contraejemplo se nos ocurre el caso de una
verdadera montañera, la japonesa Taeko Nagao quien en 2002 fue a escalar con su
marido Yasushi Yamanoi (galardonado con Piolet De Oro) la montaña Gyachung Kang
(7,985 m) que se encuentra entre el Cho Oyu y el Everest. Después de un ascenso
muy complicado y un descenso casi trágico para ambos, Nagao y Yamanoi, medio
muertos y con congelaciones tuvieron que ser evacuados al hospital. Sin
embargo, antes de que fueran evacuados, Nagao no quiso dejar huella en la
montaña. "Tuve que convencer a mi mujer que dejara nuestras pertenencias y
basura en el glaciar si queríamos salir vivos de allí. Pero me hizo prometer
que las recogeríamos más tarde”, contó su marido Yamanoi más tarde.
Mantener las montañas limpias tiene que salir de uno
mismo. Contaminar conlleva fatales consecuencias para la flora y fauna, y para
los habitantes de la zona cuya agua se contamina así también.
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