El primer agujero negro fotografiado de la historia… está rotando
Un equipo científico internacional, con
participación del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), ha
analizado datos de 23 años del centro de la galaxia Messier 87 (M87), que
alberga un agujero negro supermasivo (6.500 millones de veces más masivo que el
Sol), el primero del que se obtuvo una imagen.
Los
resultados, publicados en Nature, revelan que el chorro que emerge del agujero
negro a altísima velocidad oscila hacia arriba y hacia abajo con una amplitud
de unos 10 grados, lo que a su vez confirma que el agujero negro se halla en
rotación.
El chorro que emerge del agujero negro de la galaxia
M87 a altísima velocidad oscila hacia arriba y hacia abajo con una amplitud de
unos 10 grados, lo que confirma que rota
Los agujeros negros absorben grandes cantidades de
material debido a su fuerza de gravedad, tan potente que ni siquiera la luz
escapa de ellos, e impulsan un flujo de plasma en forma de chorro que se mueve
casi a la velocidad de la luz y abarca enormes distancias. La galaxia M87, por
ejemplo, presenta un chorro que emerge de sus regiones centrales y se extiende
mucho más allá del tamaño de la propia galaxia.
Sin embargo, el mecanismo de transferencia de
energía entre los agujeros negros supermasivos, los discos de acreción y los chorros
aún se desconoce. La teoría predominante sugiere que se puede extraer energía
de un agujero negro en rotación, permitiendo que parte del material que rodea
el agujero negro sea expulsado a gran velocidad. Sin embargo, la rotación de
los agujeros negros supermasivos, un factor crucial en este proceso y el
parámetro fundamental además de la masa del agujero negro, nunca se ha
observado directamente.
El análisis del equipo de investigación, que incluye
una comparación con una simulación teórica de última generación, indica que el
eje de rotación del disco de acreción se desalinea con el eje de giro del
agujero negro, lo que genera un chorro oscilante, o en precesión (como el
balanceo de una peonza).
La detección de esta precesión constituye una
evidencia inequívoca de que el agujero negro supermasivo de M87 se halla, en
efecto, girando, lo que abre nuevas dimensiones en nuestra comprensión de la
naturaleza de estos objetos.
“Dado que la desalineación entre el agujero negro y
el disco es relativamente pequeña y el período de precesión es de alrededor de
once años, la acumulación de datos de alta resolución de la estructura de M87
durante dos décadas y un análisis exhaustivo han sido esenciales para obtener
este logro”, señala Yuzhu Cui, investigador del Laboratorio de Zhejiang (China)y
autor principal del artículo.
Como la desalineación entre el agujero negro y el
disco es pequeña y el período de
precesión es de unos 11 años, la acumulación de datos de M87 durante dos décadas
y un análisis exhaustivo han sido esenciales para este logro
En el centro de este descubrimiento se halla la
pregunta crítica: ¿qué fuerza en el universo puede alterar la dirección de un
chorro tan poderoso? La respuesta podría hallarse en el comportamiento del
disco de acreción: a medida que los materiales que caen orbitan alrededor del
agujero negro, forman una estructura de disco antes de girar gradualmente en
espiral hasta que son absorbidos por el agujero negro.
Sin embargo, si el agujero negro gira, ejerce un
impacto significativo en el espacio-tiempo circundante, provocando que los
objetos cercanos sean arrastrados a lo largo de su eje de rotación, es decir,
produciendo el “arrastre de marco” (frame dragging) predicho por la Relatividad
General de Einstein.
“Este trabajo
ha analizado un total de 170 épocas de observaciones obtenidas por la Red VLBI
de Asia Oriental (EAVN), el Very Long Baseline Array (VLBA), la red conjunta de
KVN y VERA (KaVA) y la red East Asia to Italy Nearly Global (Eating). En total,
más de 20 telescopios y 45 instituciones de todo el mundo han contribuido en el
estudio. Solo la estrecha colaboración ha permitido obtener estos resultados
fascinantes”, apunta Ilje Cho, investigador del Instituto de Astrofísica de
Andalucía (IAA-CSIC) que participa en el trabajo.
Si bien este estudio arroja luz sobre cómo funciona
un agujero negro supermasivo, también presenta grandes incógnitas. La
estructura del disco y el valor exacto del giro del agujero negro supermasivo
M87 son aún inciertos, y este trabajo predice que existen más factores que
intervienen en esta configuración, lo que añade nuevos desafíos a la
investigación.
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