Comunidades indígenas de Bolivia, responsables legales del bosque

Las comunidades indígenas de Bolivia están tomando medidas para proteger sus bosques y prevenir incendios forestales mediante el manejo forestal sostenible, ayudándolos a beneficiarse de los recursos naturales y al mismo tiempo proteger sus territorios de la deforestación causada por la agroindustria y la ganadería extensiva.

La deforestación y los incendios forestales están aumentando en todo el mundo exacerbando los impactos del cambio climático en los ecosistemas y los medios de vida locales.

En 2019, Bolivia vivió uno de los mayores desastres ecológicos provocados por la actividad humana; el ecosistema de la Chiquitania se incendió afectando principalmente áreas protegidas y comunidades indígenas. Este desastre se debió principalmente al desarrollo de la agricultura y la ganadería extensivas.

Amenazas a la protección forestal y la prevención de incendios forestales

Un estudio de la Oficina de Supervisión y Control Social de Bosques y Suelos (ABT) muestra que la deforestación ilegal en el país ha alcanzado más del 50% de la deforestación total en los últimos cinco años, convirtiéndose en la mayor amenaza para la propagación del fuego (ABT, 2019).

Además, la Chiquitania, considerada no apta para la agricultura a gran escala debido a su importancia ecológica, alta sensibilidad climática y baja usabilidad de la tierra, sufrió la expansión de su frontera agrícola principalmente para monocultivos y ganadería. Este proceso está acelerando la degradación forestal a través de la deforestación y el riesgo asociado de incendios forestales.

Prevenir y minimizar el impacto de los incendios forestales requiere acciones estratégicas por parte de los administradores forestales locales, así como de los gobiernos que promuevan soluciones productivas alternativas que ofrezcan mayores oportunidades locales, como el manejo forestal social, la agroecología y el ecoturismo.

Contrariamente a la creencia popular, la gestión forestal responsable incluye la obligación de proteger los bosques. La tala beneficia a las comunidades indígenas al alentarlas a mantener el equilibrio ecológico en las áreas de intervención para que puedan continuar usándolas en los años venideros. Como protectores de los bosques y usuarios primarios, los pueblos indígenas tienen un gran interés en la protección de los bosques.

Plan de manejo forestal comunitario para las comunidades indígenas

El Plan de Manejo Forestal Comunitario es una herramienta técnica y legal para el manejo forestal sostenible que ha sido utilizada por organizaciones indígenas en Bolivia durante décadas. Este plan implica la tala de árboles para obtener madera, dejando atrás especies no maderables o que no tienen importancia comercial.

Sólo se cortan árboles de diámetro adecuado para su uso a partir de especies de madera seleccionadas, respetando las plántulas y los árboles jóvenes. Además, sólo se utiliza el 80% de los árboles adecuados y los árboles restantes se mantienen como viveros para mantener la especie y apoyar sus funciones ecológicas. Además, las organizaciones forestales comunitarias reconocen la importancia de proteger las cuencas hidrográficas para mantener la humedad de los bosques y proteger la vida silvestre, que es un factor clave en la dispersión de semillas.

Anacleto Peña, director general del Centro Comunitario Indígena Central en Lomerío, señaló que los planes de manejo forestal comunitario fortalecerán la gobernanza territorial al establecer responsabilidades en el control de la tala ilegal, fuentes de calor y otras actividades que pueden afectar la integridad del bosque, principalmente protegiendo su territorio y combatiendo los efectos del cambio climático.

Gestión forestal pública, barreras cortafuegos eficaces

Desde 2019, las actividades forestales en la región Chiquitana se han visto gravemente afectadas. Las dos zonas de mayor producción de madera, TCO Lomerío y la comuna de San Ignacio de Velasco, resultaron afectadas por el incendio: en el primer caso, más del 30% del área quedó destruida, y en el segundo, más del 20% del área. Más de 1 millón de hectáreas afectadas entre ambos (2021, Licona et al.)

Pese a esto, las comunidades forestales presentaron un escenario positivo, ya que los bosques del Plan de Manejo Social Forestal se caracterizan por una baja probabilidad de incendios forestales. El riesgo de que se produzca y propague un incendio es menor debido a la falta de exposición a factores externos como zonas agrícolas, zonas densamente pobladas y carreteras.

Licona, miembro del Instituto de Investigaciones Forestales de Bolivia, señaló que el acceso de las comunidades indígenas a los bosques bajo la ley afecta directamente la conservación de los bosques porque promueve y garantiza la seguridad jurídica para un manejo y protección forestal efectivo.

Plan de manejo forestal comunitario como mecanismo de protección forestal

La experiencia de manejo forestal activo en Bolivia ocurrió en el territorio del pueblo indígena Guarayos, donde la deforestación bajo el plan de manejo activo fue insignificante: menos del 0,5% del área total. Por otro lado, existe una tendencia al cambio de uso del suelo en áreas sin planificación de manejo forestal o áreas no urbanizadas, que representan más del 20% del área (2021, Quiroga et al.) En este sentido, Alfredo Moirenda, presidente de la Asociación Indígena Guarayos, señala que respetan las normas de uso forestal, asegurando la regeneración natural del bosque.

Las disputas y conflictos por la tierra amenazan la existencia de muchos territorios indígenas, especialmente en zonas como Guarayos y Chiquitanía, donde la expansión de las actividades agrícolas y la creación de nuevos asentamientos exige convertir los bosques en tierras agrícolas o pastizales. Sin embargo, un control territorial efectivo mediante la aplicación de lo establecido en el Plan de Manejo Forestal permitirá a las comunidades indígenas dejar de ejercer presión sobre sus territorios y exigir al Estado que respete las normas de su propia determinación.

Según la normativa, el plan de gestión forestal estipula un ciclo de explotación de 20 años, de modo que los bosques bajo gestión forestal estén protegidos durante este período sin convertirse en tierras agrícolas o ganaderas. Finalizado el ciclo, la superficie de la primera fase será recuperada de forma natural para nuevos usos, convirtiéndose en un proceso sostenible, es decir, la superficie forestal se preservará para siempre.

Restaurar el sector forestal en Bolivia puede aumentar los beneficios para los grupos locales de personas que se benefician de los bosques a nivel comunitario, preservando diversas funciones ecológicas, económicas y culturales, promoviendo así la conciencia de los bosques como un activo material de la sociedad. Por lo tanto, será ventajoso para las agencias gubernamentales que controlan el acceso y uso de los recursos naturales de Bolivia consolidar el manejo forestal como una actividad productiva relacionada. Así como el cumplimiento de los tipos de uso del suelo en el otorgamiento de derechos agrícolas y planes de desmonte.

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