El reencuentro de los Nukak con la tierra de sus ancestros

El director del programa Amazonía Mía de USAID, Roberto León Gómez, comentó el diálogo con Planeta Caracol la estrategia que vienen desarrollando con la comunidad indígena Nukak a través de la generación de espacios, como los recorridos bioculturales, que les permitirán reencontrarse con la tierra de sus ancestros, fortalecer sus sistemas de conocimientos y mejorar la gobernanza.

En la inmensidad de la selva amazónica colombiana, el pueblo Nukak, último guardián nómada, se embarca en un emocionante viaje de descubrimiento y renovación de su legado ancestral. En colaboración con el programa Amazonia Mía de USAID, se han trazado tres caminos hacia la preservación y el renacimiento de su conexión con selva que habitaron durante generaciones.

El primer recorrido ya se realizó, y llevó a estos valientes exploradores a los rincones del Caño Kiniquiari y la Reserva Nacional Natural Nukak, donde recogieron con reverencia semillas para la siembra y cerbatanas.

Con las semillas, símbolos vivos de su legado, restaurarán los bosques y preservarán la biodiversidad local, y con las cerbatanas restablecerán la comunión con la madre naturaleza al retomar su dieta alimenticia con los productos que les brinda el bosque a través de la caza, pesca y recolección.

La materia prima de las cerbatanas está elaborada con los troncos de la palma mabe o cola de pava que crece en la selva tropical; es una herramienta ancestral y vital que les permitirá restablecer su conexión con la madre naturaleza y retornar a sus prácticas ancestrales para fortalecer su soberanía alimentaria.

En el segundo recorrido, el pueblo Nukak trazará una ruta de protección y mapeo de sus corredores biológicos y rutas de movilidad. Estos senderos, venerados como fuentes sagradas de alimento según su propio calendario ecológico, preservan el delicado equilibrio de su fauna y flora, asegurando la continua abundancia de sus recursos naturales.

El último recorrido, conduce a estos descendientes de la selva a sus sagrados sitios ancestrales, donde los susurros del viento cuentan historias de su legado inquebrantable. Estos santuarios, protegidos y preservados por generaciones, se convierten en refugios potenciales y enlazan al pueblo Nukak con su tierra de una manera más profunda y espiritual.

Estos viajes no solo celebran y protegen la rica herencia cultural del pueblo Nukak, sino que también salvaguardan los recursos naturales que son la esencia misma de su existencia. En la unión armoniosa de tradición y sostenibilidad, se despliega un testimonio conmovedor de la resiliencia humana y la esperanza que florece en medio de los desafíos más oscuros.

Esta iniciativa apoyada por el Programa Amazonia Mía de USAID generará información complementaria para respaldar las acciones del Estado en la salvaguarda del pueblo Nukak, garantizando una base sólida para la toma de decisiones informadas. Además, la gestión y articulación con la institucionalidad regional y nacional involucrada en la restitución de los derechos del pueblo Nukak, garantiza una cooperación coordinada y efectiva para el beneficio y empoderamiento de la comunidad Nukak en su conjunto.

Los Nukak, el último pueblo nómada en ser contactado en Colombia, emergió a la luz pública en abril de 1988 cuando un grupo, en su mayoría compuesto por mujeres, niños y niñas, llegó al área urbana de Calamar (Guaviare). Su aparición reveló que estaban huyendo de una devastadora epidemia de gripe que había diezmado a casi la mitad de su población en los primeros años del contacto. Este evento marcó el inicio de una serie de desafíos para su supervivencia física y cultural.

Los Nukak habían enfrentado desplazamientos violentos a lo largo de las décadas de los sesenta y setenta, consecuencia de la expansión de cultivos de coca en su territorio ancestral. La situación empeoró con el recrudecimiento del conflicto armado a finales de los años noventa y principios de los años dos mil, lo que condujo a una crisis social que hoy los tiene al borde de la extinción física y cultural.

La resiliencia demostrada por el pueblo Nukak, así como su determinación para preservar sus tradiciones y cultura ancestral, han generado un reconocimiento de su valiosa contribución a la conservación de la biodiversidad y a la protección de los ecosistemas de la región amazónica, fortaleciendo la conciencia colectiva sobre la importancia de proteger la diversidad cultural y los modos de vida tradicionales de las comunidades indígenas en Colombia.

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