Los astronautas pueden sufrir disfunción eréctil tras viajar al espacio
Un estudio de la Universidad Estatal de Florida
(EE.UU.) publicado en la revista 'The FASEB Journal' sugiere que los
astronautas masculinos podrían sufrir de disfunción eréctil durante un tiempo
prolongado tras su estancia en el espacio. Llega a esta conclusión tras
experimentos en simulación de gravedad cero con ratas macho, en las que se ha
visto que las condiciones de radiación e ingravidez pueden afectar
negativamente a los tejidos vasculares relevantes para la función eréctil.
La investigación apunta a que las alteraciones
vasculares son inducidas por dosis relativamente bajas de radiación cósmica
galáctica y, en menor medida, por la ingravidez simulada, principalmente a
través de aumentos del estrés oxidativo. Por ello, los investigadores sugieren
que el tratamiento con distintos antioxidantes podría contrarrestar algunos de
estos efectos
«Con las misiones tripuladas al espacio
ultraterrestre previstas para los próximos años, este trabajo indica que la
salud sexual de los astronautas debería vigilarse de cerca a su regreso a la
Tierra», afirma Justin D. La Favor, autor principal del estudio. «Aunque los
efectos negativos de la radiación cósmica galáctica fueron duraderos, las
mejoras funcionales inducidas al atacar de forma aguda las vías redox y del
óxido nítrico en los tejidos sugieren que la disfunción eréctil puede ser
tratable», asegura.
Este trabajo no es el primero que estudia las
consecuencias de viajar al espacio. Se sabe que las personas que están lejos
del 'abrazo' de la gravedad sufren una severa atrofia la musculatura (por eso
tienen programas intensivos de entrenamiento en la Estación Espacial
Internacional), sufren un déficit de calcio, ven como se alarga temporalmente
su columna vertebral y presentan alteraciones temporales en los telómeros, los
extremos de los cromosomas.
Uno de los experimentos más completos (y llamativos)
realizado en los últimos años fue el denominado 'Estudio de los gemelos', en el
que se comparó a los hermanos Scott Kelly y a su gemelo Mark tras la estancia
de un año del primero en la Estación Espacial Internacional. Entre los cambios
fisiológicos que sufrió Scott durante su misión, sus telómeros , las 'tapas'
protectoras en los extremos de los cromosomas y un importante biomarcador del
envejecimiento, sufrieron unos cambios llamativos. Mientras estaba en el
espacio, se alargaron, una señal de rejuvenecimiento; sin embargo, cuando
regresó no solo volvieron a acortarse sino que lo hicieron aún más que antes.
Los expertos señalan que evidencias como esta
muestran que el viaje al espacio puede incrementa el riesgo de sufrir
enfermedades de la edad, como problemas cardiovasculares y algunos tipos de
cáncer.
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