Un trabajador de Space X asegura que “estamos a punto de ver algo que nunca hemos visto”
Uno de los objetivos de la compañía Space X, de Elon Musk, es poder instalar colonias humanas en Marte, algo en lo que están trabajando y en lo que han tenido avances significativos que acercan al multimillonario cada vez más a cumplir con su ambicioso proyecto.
Y es que, recientemente, el exastronauta de la Nasa
y exdirector de Operaciones Espaciales de Space X, Garret Reisman, se refirió
al camino que han recorrido en esta compañía y a los detalles que faltan para
poder cumplir el sueño de llevar una primera misión al planeta rojo.
En declaraciones compartidas por el portal
especializado en ciencia y tecnología Computer Hoy, el exastronauta habló sobre
el cohete Starship y su papel como pieza angular de las misiones con las que
Musk planea seguir poniendo satélites en órbita, llevar suministros a la Luna y
enviar personas a Marte.
“Todo depende
del éxito de Starship, de que este nuevo vehículo espacial funcione. (…) No les
fue muy bien la primera vez que lo intentaron, pero están a nada de
conseguirlo: se adaptan rápidamente, no tienen miedo de caer o fallar…”, indicó
Resiman.
El funcionario también indicó que pese a las
complicaciones que han tenido durante los ensayos y en medio de los intentos
fallidos, Space X es una compañía que se renueva constantemente y que logra
sobreponerse a estos contratiempos, más si se trata de un objetivo tan
importante para Musk como el colonizar Marte.
“Depende de
lo rápido que SpaceX consiga hacer funcionar este vehículo. (…) Yo nunca apostaría
en su contra porque es una compañía repleta de gente con mucho talento y que
hacen cosas realmente interesantes”, dijo Reisman.
Entretanto, y mientras la compañía logra solucionar
los problemas que no le han permitido a Starship tener éxito, hasta el momento,
los desarrolladores que trabajan para Musk siguen trabajando en encontrar la
fórmula que les permita fabricar los cohetes y las naves necesarias que puedan
transportar suministros y personas al planeta rojo.
De igual forma, Space X está intentando poner a
punto tanto el Starship como el Super Heavy Booster, cohete propulsor
reutilizable y sobre el cual iría montada la nave ya mencionada.
SpaceX lanzó este sábado su nuevo cohete gigante Starship,
pero pocos minutos después del despegue perdió el propulsor y luego la nave
espacial.
El propulsor llevó al cohete hacia el espacio, pero
se perdieron las comunicaciones ocho minutos después del despegue ocurrido en
el sur de Texas, y SpaceX informó que el vehículo había fallado.
El problema se produjo cuando había casi finalizado
el encendido de los motores para colocarlo en una órbita alrededor del mundo.
Minutos antes, explotó el propulsor, que, sin embargo, ya había cumplido su
cometido de lanzar la nave hacia el espacio.
A pesar del fracaso, el vuelo de aproximadamente
ocho minutos duró el doble del intento de abril.
“Lo más brillante del día, el exitoso despegue”,
enfatizó el comentador de SpaceX John Insprucker.
Añadió la comentadora Kate Tice: “Logramos sacar
muchos datos, y eso nos ayudará a mejorar para nuestro próximo lanzamiento”.
La Administración Federal de Aviación aprobó el
despegue el miércoles, al confirmar que se cumplieron todas las medidas de
seguridad y de protección ambiental.
La intención era llegar a una altura de 240 kilómetros
(150 millas), lo suficiente para enviar la nave en forma de bala alrededor de
la Tierra para caer en el Pacífico cerca de Hawái, una hora y media después del
lanzamiento, sin efectuar una órbita completa.
Starship, de casi 122 metros (400 pies) de largo, es
el cohete más grande y poderoso que se haya construido.
El primer vuelo de ensayo en abril duró cuatro
minutos y los restos cayeron al golfo de México. Desde entonces, la empresa de
Elon Musk ha efectuado decenas de mejoras al propulsor, sus 33 motores y la
plataforma de lanzamiento.
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