“La elefanta más triste del mundo”
Ely está triste, dicen los defensores de los
derechos de los animales, incluida Diana Valencia, quien ha seguido muy de
cerca el caso de esta elefanta ubicada en el Zoológico de San Juan de Aragón.
Los especialistas aseguran que no se puede saber cuándo es que el animal está
triste o manifestando otro tipo de sentimientos que son "de humanos".
A esta elefanta, rescatada en 2012 de un circo en el
que la tenían trabajando a marchas forzadas y bajo el maltrato animal, se le
conoce como la más triste del mundo.
En diversos videos se ha documentado cómo el espacio
reducido y la soledad (aún con la presencia de la elefanta Gipsy) han afectado
el comportamiento de Ely, a quien desean se le traslade a Africam Safari, hogar
de la jirafa Benito, o en su defecto, a un santuario de elefantes en Brasil, en
donde han referido que pueden hacer el traslado sin poner en riesgo al animal.
Ely tiene entre 37 y 40 años, de los cuales, 25 los
pasó siendo explotada y maltratada en el Circo de los Hermanos Vázquez. Se le
conoce como la más triste del mundo, porque aunque fue rescatada del circo,
vive en un espacio muy reducido, cuando su especie está acostumbrada a vivir en
grandes manadas y recorrer distancias considerables por día.
Además de ser una especie en peligro de extinción, a
Ely nunca se le dio la oportunidad de reproducirse ni de convivir con otros
elefantes como ella, en hábitats adecuados para su convivencia. Aunque en 2023
le llevaron a la elefantita Gipsy para mejorar su ánimo, éste no parece
cambiar.
Diana Valencia, quien sigue de cerca el caso desde
su colectivo "Abriendo Jaulas y Abriendo Mentes", revela que Ely
tiene lesiones, enfermedades crónicas, dermatitis ulcerosa agrietada,
hiperqueratosis en la piel y en las uñas, además de una fístula en la
mandíbula, esto provocado por el gancho con el que los entrenadores la jalaban
para condicionar su comportamiento.
Los reportes de Diana Valencia son claros: Ely vive
en un espacio hecho de concreto, lo que provoca demasiado estrés en sus patas y
articulaciones. Se le ha visto golpeando su cabeza y sus colmillos en contra de
los barrotes y las paredes. Se le ha visto comerse sus propias heces. El
comportamiento condicionado, es lo que refleja y del que se dan cuenta los
mismos visitantes, de acuerdo a Valencia.
"La falta de estimulación mental y social es
quizás lo que tiene el mayor impacto. Ely manifiesta horas y horas de
comportamiento estereotipado. Estos comportamientos repetitivos llamados
zoochosis son el cerebro de Ely que intenta hacer frente a la falta de
estimulación mental, física, ambiental y social", dice Valencia en una
petición que difundió a través de Change.org.
Aunque hay posibilidades de que en algún momento
pueda ser trasladada a Africam Safari, lugar en donde ya se encuentra la jirafa
Benito, rescatada recientemente del Parque Central de Ciudad Juárez, Chihuahua,
la realidad es que esto depende de las autoridades, quienes han informado que
el traslado a cualquier tipo de lugar (incluido al santuario de elefantes en
Brasil) sería peligroso para el animal.
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