La NASA invierte en un nuevo diseño de cohete nuclear
La NASA tiene numerosos programas para estudiar
posibles formas de explorar Marte, las lunas de Júpiter y Saturno y los
exoplanetas más cercanos, pero el más reconocido es NIAC. Y entre los proyectos
aprobados este año se encuentran aviones propulsados por energía solar,
biorreactores, velas solares, tecnología de hibernación, experimentos de
astrobiología y tecnología de propulsión nuclear. Este último incluye un
concepto para un cohete con motor nuclear de isótopos, una propuesta
Laboratorio Charles Stark Draper.
El diseño se basa en la desintegración de isótopos
radiactivos para generar propulsión. Como indica la propuesta, la tecnología
incluyen la propulsión nuclear térmica y nuclear eléctrica (NTP/NEP), que
tienen el empuje necesario para llegar a lugares en el espacio profundo. Pero
el desafío es que son grandes, pesados y costosos de fabricar.
"Por el contrario – explican en la propuesta -,
proponemos un motor de isótopos nucleares de película delgada con capacidad
para buscar, encontrar y luego devolver muestras de objetos interestelares
distantes (ISOs) que se mueven rápidamente. La misma tecnología permite
reorientar un telescopio de lente gravitacional para que una sola misión pueda
observar numerosos objetivos de alto valor".
El concepto básico es similar al de una vela solar,
excepto que se basa en láminas delgadas de un isótopo radiactivo que utiliza el
impulso de sus productos de desintegración para generar empuje.
El diseño incorpora láminas de Torio-228 que miden
aproximadamente 10 micrómetros (0,01 mm) de espesor. Este metal radiactivo
utilizado normalmente en radioterapia se desintegra con una vida media de 1,9
años.
La nave espacial requeriría 30 kg de Torio-228 y
proporcionaría un empuje de más de 540.000 km/h. Para darnos una idea, es muy
cercana a la nave espacial más rápida hasta la fecha: la Parker Solar Probe
(PSP), que alcanzó una velocidad de 586.800 km/h… aunque contó con ayuda de la
gravedad de Venus y la atracción de la gravedad del Sol para alcanzar estas
cifras.
Las ventajas de este sistema incluyen la
simplicidad, ya que el diseño se basa en física y materiales conocidos. También
ofrece escalabilidad para acomodar cargas útiles más pequeñas (como sensores) o
misiones más grandes (como telescopios espaciales).
También señalan cómo el concepto puede diseñarse con
múltiples "etapas" equipadas con Actinio-227 (u otros isótopos con
una vida media más larga), lo que lleva a una mayor velocidad durante la vida
útil prolongada de la misión.
Finalmente, hay otra ventaja: la propuesta se alinea
con la visión de la NASA para el próximo siglo, que incluye enviar naves
espaciales para estudiar los objetos interestelares distantes de cerca,
descubrir planetas habitables en sistemas estelares vecinos, realizar misiones
tripuladas más allá del sistema Tierra-Luna y buscar vida en otros cuerpos
celestes.
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