Miles de millones de planetas rebeldes podrían estar vagando por la Vía Láctea
Nuevas investigaciones concluyen que miles de
millones de planetas flotantes libres (FFP), también conocidos como planetas
rebeldes, podrían estar viajando libremente por Vía Láctea. Muchos de ellos,
con un tamaño aproximado al de Marte, se ubicarían en la zona del cinturón de
Kuiper, en nuestro Sistema Solar. Además, el Telescopio Espacial James Webb
(JWST) de la NASA identificó 540 posibles candidatos a planetas rebeldes del
tamaño de Júpiter en distintos sectores de la galaxia.
Un estudio publicado recientemente en la revista The
Astrophysical Journal Letters explora la posible existencia de planetas
flotantes libres (FFP) o planetas nómadas en la zona del cinturón de Kuiper, un
disco circunestelar en el Sistema Solar exterior, que se extiende desde la
órbita de Neptuno hasta aproximadamente 50 Unidades Astronómicas (UA) del Sol.
Al mismo tiempo, otro estudio publicado en Arxiv utilizó datos del Telescopio
Espacial James Webb para identificar 540 posibles planetas rebeldes similares a
Júpiter en diferentes áreas de la Vía Láctea.
En función de ambos hallazgos, los científicos
estiman que podrían existir miles de millones de planetas flotantes en toda la
galaxia, de acuerdo a un artículo publicado en Universe Today. ¿Cómo se forman
estos planetas rebeldes, que no están atados al influjo gravitacional de
ninguna estrella? Actualmente existen dos hipótesis: podrían crearse en un
sistema planetario convencional pero luego ser expulsados al cosmos por un
evento extremo, o formarse de manera aislada a través de un mecanismo aún
desconocido.
Según indicó a Universe Today el autor del primer
estudio citado, el científico Amir Siraj, de la Universidad de Princeton, en
Estados Unidos, existen varios aspectos por los cuales es importante la posible
identificación y el posterior análisis de planetas flotantes. El primero es la
formación de sistemas planetarios: los planetas que flotan libremente son
aparentemente subproductos del proceso de formación de sistemas planetarios
tradicionales, por lo que estudiarlos puede ayudar a esclarecer cómo surgieron
sistemas como el nuestro.
La segunda cuestión es la habitabilidad: si los
planetas rebeldes poseen alguna fracción o regiones con presupuestos de energía
que puedan soportar agua líquida, podrían representar colectivamente una franja
importante de planetas habitables en el Universo, considerando la gran cantidad
que podría existir en toda la galaxia e incluso fuera de ella.
Otro aspecto crucial serían las interacciones
dinámicas con estrellas y sistemas planetarios: dado que los planetas que
flotan libremente no están vinculados a ninguna estrella en particular,
deambulan por la galaxia y pueden tener interacciones dinámicas con muchas
estrellas y sistemas diferentes, arrojando una valiosa información sobre estos
múltiples contextos.
En su estudio, Siraj realizó aproximadamente 100
millones de simulaciones en torno a cómo el Sol podría llegar a atraer un
planeta rebelde, descubriendo que sería posible la existencia de un cuerpo
planetario del tamaño de Marte, o incluso del tamaño de Mercurio, en algún
lugar del Sistema Solar exterior, atraído por la fuerza gravitacional de
nuestra estrella. Estos planetas flotantes podrían ser numerosos en el cinturón
de Kuiper, de acuerdo a esta teoría.
Por otra parte, la aparente identificación en el
segundo estudio de otros planetas rebeldes por parte del Telescopio Webb
incrementa la trascendencia del análisis de los planetas rebeldes, que al ser
en muchos casos exoplanetas podrían revelar además una gran cantidad de
información sobre cómo se forman los planetas alrededor de otras estrellas.
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