Una losa volcada bajo el Mediterráneo sería la causa de los terremotos profundos en el sur de España

 

Los terremotos profundos que se han registrado en el sur de España, algunos incluso a 600 kilómetros bajo la superficie, serían el resultado de una losa oceánica subducida que se volcó en su totalidad por debajo del Mediterráneo occidental. Así lo indica un nuevo estudio internacional, que analizó ondas sísmicas relacionadas con el terremoto de Granada en 2010.

Una investigación realizada por los científicos Daoyuan Sun, de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, y Meghan S. Miller, de la Universidad Nacional de Australia, arroja luz sobre los mecanismos que explicarían los terremotos profundos en el sur de España. El nuevo estudio, publicado en la revista The Seismic Record, se enfocó en registros sísmicos del terremoto de magnitud 6.3 en la escala sismológica de Richter, que ocurrió debajo de Granada en abril de 2010.

Las extrañas ondas sísmicas de este terremoto despertaron la curiosidad de los investigadores, que en realidad perseguían otros objetivos científicos. Registradas por una serie de estaciones sísmicas en España y Marruecos, como parte del Programa de Investigación del Vuelco Convectivo del Sistema Marítimo de Alborán (PICASSO), permitieron un descubrimiento inesperado debajo del Mediterráneo occidental: la existencia de una losa oceánica subducida que se ha volcado por completo.

Los patrones anómalos de las ondas sísmicas hicieron evidente un proceso que estaría generando los terremotos profundos en el sur español, algunos de ellos a alrededor de 600 kilómetros de profundidad. Se trata de una losa que descendió rápidamente en el manto de la Tierra y se volteó, provocando que el agua que llevaba en su superficie quedara ahora por debajo de la losa.

De acuerdo a una nota de prensa de la Sociedad Sismológica de América, estos hallazgos podrían ayudar a los especialistas a resolver la compleja estructura tectónica de la cuenca del Mediterráneo occidental, donde convergen África y Eurasia, específicamente un área llamada región del Rif-Betic-Alboran. Esta zona contiene un arco formado por las cadenas montañosas Béticas en España y las cadenas montañosas del Rif en Marruecos, incluyendo además la cuenca del Mar de Alborán, justo al este del Estrecho de Gibraltar.

Las losas subducidas contienen habitualmente una capa de baja velocidad en su superficie, debido al agua que llevan al manto. En este caso, la inversión de la losa ha provocado que el agua se encuentre por debajo de la misma y no en su área superficial: la presencia de silicatos de magnesio hidratados que transportan agua a grandes profundidades y su progresiva deshidratación podría generar una mayor fragilidad en las estructuras, conduciendo a terremotos profundos.

Los silicatos de magnesio también podrían dar nuevas pistas sobre la velocidad de subducción de losas en la región. Vale recordar que aunque el terremoto a gran profundidad que ocurrió en Granada en 2010 pasó prácticamente inadvertido por no provocar daños materiales o humanos de importancia, posteriormente se han registrado numerosos eventos similares en el Sur de España.

Aunque hasta el momento estos eventos solamente han generado algunos daños no estructurales, como grietas en el enlucido o numerosas caídas de objetos en varias construcciones dentro de la zona del epicentro de los terremotos, las poblaciones están en alerta constante. Más aún luego del intenso terremoto de Marruecos en 2023.

Además, Sun y Miller explican en su investigación que las formas de ondas sísmicas producidas por terremotos profundos en otros lugares del mundo, como el noreste de China, América del Sur o la región de Fiji-Tonga, podrían permitir descubrir mecanismos similares en funcionamiento y definir procesos comunes.

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