Hallan dos de los antiguos filamentos que crearon la Vía Láctea
Un descubrimiento científico sorprendente conmueve
al mundo científico: se cree que la Vía Láctea surgió a partir de múltiples
filamentos largos e irregulares de gas y polvo que se fusionaron y
entrelazaron, formando estrellas y provocando el nacimiento de nuestra galaxia.
Ahora, se ha dado con un hallazgo científico que
abona esta teoría. Fue realizado con el telescopio espacial Gaia acaba de
descubrir dos de esas antiguas corrientes de estrellas.
Las dos corrientes, bautizadas Shakti y Shiva, se
formaron hace más de 12.000 millones de años y son tan antiguas que
probablemente se formaron incluso antes que las partes más antiguas de los
brazos espirales y el disco de nuestra galaxia, según una investigación
científica publicada este jueves en la revista The Astrophysical Journal.
La misión Gaia se ideó para trazar el mapa más
exacto de las estrellas de la galaxia y aclarar aspectos sobre su origen y
evolución pero este telescopio espacial ha superado todas las expectativas.
"Es verdaderamente asombroso que podamos
detectar estas antiguas estructuras", afirma Khyati Malhan, del Instituto
Max Planck de Astronomía (MPIA) de Heidelberg (Alemania), que dirigió la
investigación.
"La Vía Láctea ha cambiado tanto desde que
nacieron estas estrellas que no esperaríamos reconocerlas tan claramente como
grupo pero los datos sin precedentes que estamos obteniendo de Gaia lo hicieron
posible", dice.
Desde que comenzó la misión, en 2013, Gaia ha
obtenido información sobre la posición de las estrellas de nuestra galaxia, a
qué distancia están, cómo se mueven (dirección y velocidades) y su composición,
unos datos fundamentales para estudiar la estructura, evolución y el origen de
la Vía Láctea.
Al analizar las órbitas de todas estas estrellas,
"dos nuevas estructuras sobresalieron del resto entre las estrellas de una
determinada composición química", añade Khyati. "Las llamamos Shakti
y Shiva", como los principios fundamentales y complementarios que dan
equilibrio al universo (Shatki, el principio femenino y Shiva, el masculino).
Cada corriente contiene la masa de unos 10 millones
de soles, con estrellas de entre 12.000 y 13.000 millones de años de edad que
se mueven en órbitas muy similares con composiciones parecidas, y su forma
sugiere que pudieron haberse formado como fragmentos distintos que se
fusionaron con la Vía Láctea al principio de su vida.
Gaia exploró esta parte de la Vía Láctea en 2022
utilizando una especie de "arqueología galáctica", que demostró que
esta región contiene las estrellas más antiguas de la galaxia, todas nacidas
antes de que el disco de la Vía Láctea se hubiera formado correctamente.
"Las estrellas son tan antiguas que carecen de
muchos de los elementos metálicos más pesados que se crearon posteriormente en
el Universo. Estos metales pesados son los que se forjan dentro de las
estrellas y se dispersan por el espacio cuando mueren. Las estrellas del
corazón de nuestra galaxia son pobres en metales, por lo que apodamos a esta
región el 'pobre corazón viejo' de la Vía Láctea", explica Hans-Walter
Rix, coautor del estudio, también del MPIA y principal 'arqueólogo galáctico'
del trabajo de 2022.
"Hasta ahora, sólo habíamos reconocido estos
fragmentos muy primitivos que se unieron para formar el antiguo corazón de la
Vía Láctea. Con Shakti y Shiva, ahora vemos las primeras piezas que parecen
comparativamente antiguas, pero situadas más lejos. Son los primeros pasos del
crecimiento de nuestra galaxia hacia su tamaño actual", puntualiza.
Las dos corrientes se parecen pero no son idénticas:
Las estrellas Shakti orbitan un poco más lejos del centro de la Vía Láctea y en
órbitas más circulares que las estrellas Shiva.
Hace unos 12.000 millones de años, la Vía Láctea
tenía un aspecto muy distinto de la espiral ordenada que vemos hoy.
Se cree que la Vía Láctea surgió a partir de
múltiples filamentos largos e irregulares de gas y polvo que se fusionaron,
formando estrellas que dieron lugar al nacimiento de nuestra galaxia tal y como
la conocemos, y parece que Shaki y Shiva son dos de estos componentes, aunque
los futuros datos de Gaia podrían revelar más.
Los investigadores también construyeron un mapa
dinámico de otros componentes que han desempeñado un papel en la formación de
nuestra galaxia y que fueron descubiertos con Gaia, como
Gaia-Sausage-Enceladus, LMS1/Wukong, Arjuna/Sequoia/I'itoi y Pontus, grupos
estelares que forman parte del complejo 'árbol genealógico' de la Vía Láctea en
el que la misión lleva trabajando más de una década.
"Revelar más sobre la infancia de nuestra
galaxia es uno de los objetivos de Gaia, y sin duda lo está consiguiendo",
destaca Timo Prusti, científico del proyecto Gaia en la ESA.
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