¿Las misiones Apolo 18, 19 y 20 hicieron contacto con extraterrestres?

Quiero creer y la verdad está allá afuera. Pero por mucho que me encante The X-Files y quisiera creer en todas las teorías conspirativas acerca de qué pasó realmente con las misiones Apolo 18, 19 y 20 simplemente porque comprobarían de la manera más escalofriante y conspirativa posible la existencia de extraterrestres. Sería un cuento que le creería a Mulder. Si creyera esas patrañas también pensaría que la Luna efectivamente es una base alienígena desde la que en cualquier momento van a apretar el botón que hace salir a los trípodos. En serio, quiero creer, pero son puras patrañas. Si aquellas teorías conspirativas tuvieran la mínima forma de sostenerse el tema habría salido a discusión en aquella mítica comparecencia de exfuncionarios del Pentágono, esa donde reconocieron encuentros con tecnología no humana y hasta aseguraron que el gobierno estadounidense tiene ovnis y cadáveres de tripulantes no humanos. A veces los políticos son miopes, pero estoy seguro que alguien habría preguntado.

Una de las teorías conspirativas más audaces sobre qué pasó con la misión Apolo 18, y las subsecuentes Apolo 19 y Apolo 20, es que no se llevaron a cabo porque durante el alunizaje del Apolo 18 se hizo contacto extraterrestre. La teoría, obviamente, está muy ligada a aquellos bulos que dicen que astronautas estadounidenses nunca llegaron a la Luna aquél 16 de julio de 1969, y que las imágenes que todos hemos visto se grabaron en algún estudio hollywoodense. Hasta Kubrick está embarrado.

Bueno, pues la teoría cobró fuerza a partir de la película Apollo 18, del director español Gonzalo López-Gallego. La película se estrenó en 2011 y fue parte de esa ola de ficciones que lucen como documentales. La película incluye una advertencia que indica que se realizó con material editado de información desclasificada de la NASA. Pura desinformación. Y bueno, en la película los astronautas del Apollo 18 hallan unas arañas metálicas, huellas de supuestos seres extraterrestres y hasta los restos de un cosmonauta soviético. Pura ficción que capitaliza la paranoia e interés conspiranoico de buena parte de la sociedad estadounidense.

La verdadera historia de qué pasó con las misiones Apolo 18, 19 y 20 es más bien aburrida. A las misiones “Apolo olvidadas” no las mataron los extraterrestres, sino la falta de presupuesto en un Estados Unidos en el que la Guerra Fría tenía cada vez menos sentido. No hay que olvidar que la carrera lunar tenía, intrínsecamente, fines políticos. Una vez que Estados Unidos puso astronautas en la Luna comenzó a hacerse más y más evidente que, fuera de objetivos científicos poco alcanzables con la tecnología de la época, gastar miles de millones de dólares en cohetes desechables para refrendar la superioridad estadounidense era poco menos que una estupidez.

Y ese fue el fin de las misiones Apolo 18, Apolo 19 y Apolo 20: fueron canceladas por razones presupuestales. No obstante, su cancelación llevó a la NASA a orientar sus recursos a otro programa espacial clave: el desarrollo de transbordadores espaciales que permitieran poner carga en órbita y que fue clave para el desarrollo de la Estación Espacial Internacional.

Y sí, sigo creyendo en extraterrestres. Pero creo más en la búsqueda de avanzadas gasolineras espaciales que en hombrecillos verdes.

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