El Círculo Polar Ártico se quema

parecen haber vuelto con fuerza este verano, después de los desastrosos años 2019 y 2020, que destruyeron miles de hectáreas de bosque en esta parte del planeta supuestamente a salvo de este tipo de catástrofes ecológicas. El Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus (el programa europeo que monitoriza el clima) ha detectado que a lo largo de este mes de junio se han producido grandes incendios forestales en la república rusa de Sajá, que sufrió los estragos de estos siniestros en 2021.

Los datos obtenidos por los satélites de Copernicus demuestran que las emisiones de carbono producidas por los incendios forestales de junio en esta región ártica ya son las terceras más elevadas para un mes de junio en las últimas dos décadas, solo por detrás de las temporadas de incendios de 2019 y 2020.

La región ártica de la república de Sajá ha experimentado temperaturas del aire en superficie mucho más elevadas y condiciones en superficie más secas de lo habitual en esta época del año, favoreciendo así unas condiciones ambientales propicias para que una ignición termine convirtiéndose en incendio forestal.

Los científicos del CAMS han observado un incremento significativo tanto del total diario del poder radiativo del fuego, es decir, el parámetro que indica la intensidad de los incendios, como de las emisiones de humo en toda la región.

 “En los últimos tres veranos, las emisiones de incendios en el Ártico se situaron en niveles bastante habituales, pero hemos observado que los incendios recientes se han desarrollado tras condiciones más cálidas y secas, siguiendo un patrón similar al de los incendios forestales generalizados que se produjeron en 2019 y 2020. Esta es la tercera vez desde 2019 que observamos incendios forestales significativos en el Ártico y una muestra de que esta región nororiental del Ártico ha experimentado el mayor incremento de incendios forestales extremos de las últimas dos décadas”, señaló Mark Parrington, científico del Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus.

La situación del Ártico es de auténtica emergencia, porque se está calentando a una velocidad cuatro veces superior a la media del planeta, y estos incendios forestales contribuyen decisivamente a esta situación.

Gail Whiteman, catedrática de la Universidad de Exeter (Reino Unido) y fundadora de Arctic Basecamp, señaló: «El Ártico es la zona cero del cambio climático y el aumento de los incendios forestales en Siberia es una clara señal de advertencia de que este sistema esencial se está acercando a peligrosos puntos de inflexión en lo que se refiere al clima. Lo que ocurre en el Ártico no se queda ahí: el cambio en el Ártico amplifica los riesgos globales para todos nosotros. Estos incendios son una voz de alarma para que se tomen medidas urgentes

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