Hallan el mejor árbol para ayudar contra el calentamiento planetario…
Los árboles absorben dióxido de carbono de la
atmósfera a través de sus hojas, durante la fotosíntesis, que es el proceso por
el que también liberan oxígeno. El gas de efecto invernadero que atrapan queda
almacenado en todos sus tejidos, incluyendo hojas, la madera de su tronco,
raíces y corteza. Recientemente, un equipo de científicos ha descubierto dos
especies de plantas arbóreas que son más eficientes en este proceso.
Mientras que la madera proveniente de diferentes
especies de árboles puede clasificarse en duras o blandas, investigadores
hallaron una que no encaja en las categorías. Con un microscopio especial,
estudiaron sus paredes celulares y confirmaron que son únicas y también más
efectivas para almacenar carbono.
El equipo de científicos estudiaba la estructura de
la madera de algunos de los árboles más famosos del mundo, a nivel
microscópico. Cuando observaron la de los tuliperos (Liriodendron),
descubrieron que no encajaba con los tipos ya conocidos.
Los árboles de tulipán son árboles de más de 30
metros de altura. Resaltan por las flores grandes y llamativas que producen,
muy parecidas a los tulipanes. Cabe precisar que, pese a su nombre, de aquí no
brotan los tulipanes que comúnmente se cultivan como flores y son del género
Tulipa. Con el nuevo hallazgo, las dos especies que hay de Liriodendron
resaltan por su madera también.
"Mostramos que los ‘liriodendros’ tienen una
estructura de macrofibrillas intermedia que es significativamente diferente de
la estructura de la madera blanda o la madera dura”, indica Jan Łyczakowski,
autor principal del estudio, en un comunicado de la Asociación Estadounidense
para el Avance de la Ciencia.
Los árboles de tulipán y tulipán chino (que son las
dos especies de Liriodendron) surgieron hace 30 a 50 millones de años, según el
experto. Su desarrollo en la historia ha coincidido con una reducción rápida
del dióxido de carbono en la atmósfera, según el experto.
En el estudio, publicado en New Phytologist, se
afirma que “es posible que una estructura de macrofibrillas agrandada sea una
adaptación para retener más fácilmente mayores cantidades de carbono”. Así
también, se indica que “puede haber sido ventajosa cuando se estaba reduciendo
la disponibilidad de este recurso”.
Además del descubrimiento de la madera única en su
tipo, el trabajo de Łyczakowski, en colaboración con el Jardín Botánico de la
Universidad de Cambridge, permitió estudiar la estructura de la madera de 33
especies de árboles.
Así también se halló una familia de gimnospermas
(árboles con semillas expuestas) con madera dura que se parecía a angiospermas
(árboles con flores), en vez de la madera blanda que normalmente tienen. “A
pesar de su importancia, sabemos poco sobre cómo la estructura de la madera
evoluciona y se adapta al entorno externo”, dijo el especialista.
Los científicos sugieren, a partir del estudio, que
se podría aprovechar el conocimiento de la bioquímica y paredes celulares de
las plantas para la aplicación de estrategias para enfrentar el calentamiento
global, con la intervención de árboles.
“Las paredes celulares secundarias también son el
mayor depósito de carbono en la biosfera, lo que hace que sea aún más
importante comprender su diversidad para impulsar nuestros programas de captura
de carbono y ayudar a mitigar el cambio climático”, señaló Łyczakowski.
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