Una expedición científica extrae rocas en la “ciudad perdida” del océano Atlántico

 

Los científicos de una expedición a la dorsal oceánica del Atlántico Medio levantaron casi un kilómetro y medio de rocas preciosas de debajo de un rasgo exótico vinculado al posible comienzo de la vida.

Un barco trae pistas rocosas sobre el origen de la vida desde la "ciudad perdida" del océanoVista al microscopio, una muestra de roca del subsuelo de la "Ciudad Perdida" conserva la historia de su fusión e interacción con el agua del mar. Hace mucho tiempo que los investigadores afirman que las regiones profundas de los océanos de la Tierra pueden albergar lugares de donde surgió toda la vida terrestre.

En el Atlántico, dieron el nombre de “Ciudad Perdida” a un paisaje irregular de espeluznantes agujas bajo las cuales propusieron que la química que precedió a la vida pudo haberse agitado.

Y ahora, por primera vez, los especialistas han logrado echar un vistazo a este potencial Jardín del Edén.

Un informe publicado el jueves en la revista Science habla de un equipo de 30 personas que perforó profundamente una región del lecho marino del Atlántico medio y extrajo casi 1,6 kilómetros de material rocoso extremadamente raro.

Nunca antes había salido a la luz una muestra tan masiva y de una profundidad tan grande.

El material es fundamental para una importante teoría sobre el origen de la vida.

“Lo logramos”, dijo Frieder Klein, miembro del equipo de expedición de la Institución Oceanográfica Woods Hole en Cape Cod, Massachusetts.

En el complejo de la "Ciudad Perdida", un alto conjunto de escarpadas agujas de piedra iluminadas en 2005 por las luces de sumergibles robóticos de aguas profundas. Foto D. Kelley/M. Elend/UW/URI-IAO/NOAA/Equipo científico de la Ciudad PerdidaEn el complejo de la "Ciudad Perdida", un alto conjunto de escarpadas agujas de piedra iluminadas en 2005 por las luces de sumergibles robóticos de aguas profundas. Foto D. Kelley/M. Elend/UW/URI-IAO/NOAA/Equipo científico de la Ciudad Perdida

“Ahora tenemos un tesoro de rocas que nos permitirá estudiar sistemáticamente los procesos que la gente cree que son relevantes para el surgimiento de la vida en el planeta”.

La región perforada se encuentra junto a una de las grietas volcánicas que atraviesan el lecho marino global como las costuras de una pelota de béisbol.

Conocidas como dorsales oceánicas, los sitios abisales presentan fuentes termales cuyas aguas relucientes vierten minerales en el agua marina helada, formando lentamente extraños montículos y agujas que a veces albergan disturbios de criaturas extrañas.

Durante décadas, los científicos han teorizado que las fuentes termales o sus rocas subyacentes alimentaron reacciones geoquímicas que hace miles de millones de años engendraron vida terrestre.

Recientemente, han acelerado su búsqueda de pistas de apoyo.

“Mucha gente hizo trabajo de laboratorio y estudios en papel y modelado sobre el origen de la vida”, dijo Deborah Kelley, oceanógrafa de la Universidad de Washington que ha examinado dichas pistas pero es independiente del equipo.

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