La isla más peligrosa del planeta: ningún humano sobrevive más de 30 segundos
En el mundo existe una gran diversidad de parajes que te pueden llevar a vivir grandes aventuras. Desde islas paradisíacas hasta selvas casi inaccesibles y desiertos inhóspitos. Pero ninguno iguala a este peligroso trozo de tierra, que es el más peligroso del planeta, donde una persona tiene un tiempo de sobrevivencia de 30 segundos.
Una isla tan peligrosa que está prohibido visitarla
Este hermoso territorio perteneciente a Brasil, se
encuentra a unos 30 kilómetros mar adentro y frente a las costas de São Paulo.
Se extiende por unos 430.000 metros cuadrados de superficie. Estamos hablando
de Queimada Grande uno de los lugares más peligrosos, si no el más peligroso,
del planeta.
Aunque esto último no causa extrañeza ya que en ella
conviven unas 15.000 serpientes. Está completamente deshabitada, aunque en los
finales del siglo XX la habitaba una persona que era el encargado del
mantenimiento y reparación del faro. Finalmente, este fue sustituido por uno
automático así que abandonó el área.
Queimada Grande también conocida como Isla de las
Cobras
Las serpientes que son albergadas por esta isla, son
una de las especies de víboras más mortales y venenosas que existen sobre la
faz de la tierra. Las mismas son las Bothrops Sularis mejor conocidas como la
serpiente cabeza de lanza dorada y se distingue por ser muy rápida de
movimientos sobre todo cuando ataca.
Por sus características, que la hacen muy mortífera,
es que el gobierno de Brasil ha prohibido que el área sea visitada. De hecho,
está fuera de las rutas habituales de navegación a pesar de su relativa
cercanía al continente. Se ha calculado que un ser humano solo sobreviviría
unos 30 segundos antes de ser atacado.
Esta especie de víbora, originaria de Queimada
Grande, tiene un tamaño regular puesto que mide como máximo 1,2 metros de
longitud, pero lo compensa con su gran agresividad y ferocidad. Su alimentación
se basa en aves de todos los tamaños y pequeños reptiles como sapos, lagartos y
ranas.
Aunque en condiciones extremas, cuando escasea el
alimento, pueden llegar a alimentarse de otras serpientes como ella. Lo que se
conoce como canibalismo animal. Por suerte está confinada en su hogar y no
existe en ninguna otra parte del mundo. Debido a su aislamiento, se le
considera en peligro de extinción.
Respecto a su veneno, es unas cinco veces más mortal
que el de su hermana de especie Bothrops Jararacá que es similar a la Serpiente
de Cascabel en cuanto a lo mortífero. Entre sus efectos determinados por investigaciones
están vómitos, necrosis muscular, sangrado intestinal y hemorragia cerebral.
Que conducen finalmente a una muerte muy dolorosa
que sobreviene en 30 segundos a partir del momento de la mordedura. O sea que
no hay tiempo para que la hipotética víctima reciba atención médica, razón por
la cual no hay antídoto contra el veneno de esta serpiente.
Un laboratorio natural al que solo pueden acceder
investigadores
La isla de Queimada Grande, a mediados de la década
de los años 80, fue declarada como zona relevante de interés serpentario y
ecológico. Esto, sumado a que no se puede garantizar la seguridad en la isla,
hizo que el gobierno extendiera una estricta prohibición de las visitas al
lugar.
Debido a ello, solo pueden ir científicos e
investigadores especializados para lo que necesitan tener una autorización
especial. La cual les confiere el acceso bajo ciertas condiciones como de no
alterar los ecosistemas ni sacar muestras de ningún tipo.
En conclusión, Queimada Grande o Isla de las Cobras
es el territorio más peligroso de la tierra por estar habitado por más de
15.000 serpientes de una especie muy letal. Tanto es así, que se estima que un
ser humano sobreviviría unos 30 segundos.
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