Los pterosaurios necesitaron adaptarse a la vida terrestre para alcanzar dimensiones gigantescas
Un estudio reciente revela que los pterosaurios, los primeros
vertebrados voladores de la historia, no solo dependían de su habilidad para
volar, sino que también necesitaban adaptarse a la vida en tierra firme para
alcanzar tamaños colosales. Este hallazgo, publicado en la revista Current Biology,
destaca cómo las capacidades de locomoción terrestre de estas criaturas fueron
clave en su evolución hacia formas gigantescas.
Los paleontólogos del Centro de Paleobiología y Evolución de
la Biosfera de la Universidad de Leicester han identificado por primera vez las
adaptaciones evolutivas que permitieron a los pterosaurios, algunos de los
cuales tenían envergaduras de hasta 10 metros, desarrollarse hasta ese tamaño.
Estas criaturas, que dominaron los cielos prehistóricos durante la era Mesozoica
(hace entre 252 y 66 millones de años), también estaban bien adaptadas para
caminar en tierra.
El autor principal del estudio, Robert Smyth, explicó que los
primeros pterosaurios estaban altamente especializados para trepar a los
árboles. Sus extremidades estaban adaptadas para aferrarse a superficies
verticales, con dedos largos y curvados que les permitían trepar de manera
eficiente, similares a los lagartos trepadores o los pájaros carpinteros
actuales. Sin embargo, estas primeras especies tenían un tamaño corporal
relativamente pequeño, debido a las limitaciones impuestas por su estilo de
vida arbóreo.
"Los primeros pterosaurios estaban altamente
especializados para trepar, con modificaciones extremas en sus manos y pies,
similares a las que se encuentran en los lagartos trepadores y en aves como los
pájaros carpinteros actuales. Aferrarse a superficies verticales con las puntas
de los dedos durante largos períodos es un trabajo duro; es mucho más fácil
para animales pequeños y livianos", destacó.
A medida que los pterosaurios evolucionaron, experimentaron
cambios significativos en la estructura de sus manos y pies, lo que les
permitió moverse con mayor facilidad en el suelo. Este cambio crucial ocurrió
durante el período Jurásico medio y abrió nuevas oportunidades ecológicas para
estos animales, permitiéndoles explorar diferentes formas de alimentación y
crecer hasta convertirse en gigantes.
El coautor del estudio, el doctor David Unwin, señaló que los
primeros pterosaurios tenían una membrana de vuelo que conectaba sus
extremidades traseras, lo que les dificultaba caminar o correr en el suelo. Sin
embargo, en especies posteriores, esta membrana se separó, lo que permitió que
las patas traseras se movieran de manera independiente. Esta innovación, junto
con las modificaciones en las manos y los pies, mejoró significativamente la
capacidad de los pterosaurios para caminar.
Este cambio les permitió liberarse de las restricciones que
imponía la vida en los árboles, lo que a su vez favoreció la evolución de
especies más grandes. Algunos de estos pterosaurios evolucionaron hasta
alcanzar envergaduras de hasta 10 metros, convirtiéndose en los mayores animales
voladores de la historia.
El estudio examinó los cambios anatómicos en las manos y los
pies de los pterosaurios. Los primeros pterosaurios tenían huesos cortos en la
base de los dedos, pero los huesos más alejados del cuerpo eran largos y
terminaban en garras grandes y curvadas, lo que les proporcionaba un agarre
fuerte para trepar. En contraste, los pterosaurios posteriores mostraron un
patrón opuesto, con huesos de base más largos y garras menos curvadas, lo que
sugiere que estaban mejor adaptados para caminar que para trepar.
Robert Smyth subrayó la importancia de estudiar no solo las
habilidades de vuelo de los pterosaurios, sino también su capacidad para
moverse en tierra. "Estos hallazgos nos permiten comprender mejor cómo los
pterosaurios explotaron diferentes nichos ecológicos", comentó. "No
solo eran hábiles voladores, sino que también estaban adaptados para caminar,
lo que les permitió evitar la competencia con otros animales y explorar nuevas
estrategias de alimentación".
Mientras evolucionaban, desarrollaron estrategias de
alimentación inusuales. Por ejemplo, algunas especies desarrollaron cientos de
dientes finos y con forma de aguja que utilizaban para filtrar el agua y
capturar pequeños organismos, similar a los flamencos modernos. Esta estrategia
de alimentación surgió al menos 120 millones de años antes de la aparición de
los primeros flamencos, una muestra de la diversidad ecológica de los
pterosaurios.
El descubrimiento de cómo los pterosaurios combinaron sus
habilidades para volar y caminar ofrece nuevas perspectivas sobre su éxito
evolutivo y su impacto en los ecosistemas del Mesozoico. Estas criaturas fueron
capaces de evitar la competencia con otros reptiles y dinosaurios, lo que les
permitió crecer hasta convertirse en los mayores animales voladores que jamás
hayan existido.
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