Un evento extremo pudo distorsionar los datos de la sonda Voyager 2 sobre Urano en 1986
Un nuevo análisis sugiere que los datos tomados por
la sonda Voyager 2 durante su sobrevuelo a Urano en 1986 podrían haber sido
afectados por un evento solar inusual, lo que alteraría nuestra comprensión de
su magnetosfera. La investigación, liderada por el Laboratorio de Propulsión a
Chorro de la NASA y publicada en Nature Astronomy , indica que la Voyager 2
atravesó la magnetosfera uraniana en un momento anómalo, cuando esta estaba
comprimida debido a un potente viento solar.
La misión, hasta ahora la única visita a Urano,
reveló una magnetosfera única y asimétrica, sin plasma y con cinturones
intensos de electrones energéticos, características que resultaban difíciles de
explicar. Sin embargo, el nuevo análisis sugiere que estas peculiaridades
podrían deberse al encuentro fortuito de la sonda con un evento solar extremo,
una situación que ocurre en menos del 5% del tiempo. De haber producido el
sobrevuelo solo unos días antes, la Voyager 2 habría encontrado una
magnetosfera más convencional, similar a la de otros planetas gigantes como
Júpiter o Saturno.
Este hallazgo abre nuevos interrogantes sobre Urano,
y los científicos plantean que algunas de sus lunas externas, como Titania y
Oberón, podrían orbitar fuera de la magnetosfera, lo que facilitaría el estudio
de posibles océanos subsuperficiales sin interferencias magnéticas.
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