Descubren en Canadá las primeras huellas conocidas del dinosaurio con cola de martillo
Los fósiles, de más de 100 millones de años, pertenecen a una nueva especie de anquilosaurio que habría alcanzado los seis metros y poseía una cola armada en forma de maza
Un equipo
internacional de paleontólogos ha identificado las primeras huellas conocidas
de un anquilosaurio con cola de martillo, un tipo de dinosaurio
acorazado que vivió durante el Cretácico. El descubrimiento se produjo en la Región
Peace, al pie de las Montañas Rocosas Canadienses, en la provincia de Columbia
Británica, y representa un hito en el estudio de estos antiguos animales.
Las huellas
fosilizadas, de entre 100 y 94 millones de años, han sido atribuidas a
una nueva especie, bautizada como Ruopodosaurus clava, cuyo
nombre significa "lagarto tumbado con martillo". El estudio,
publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology, documenta por
primera vez huellas de un anquilosaurio de tres dedos, lo que sugiere su
pertenencia al grupo de los anquilosáuridos, a diferencia de los nodosáuridos,
que tienen cuatro.
Un dinosaurio blindado
de seis metros de largo
Aunque el cuerpo fósil
del Ruopodosaurus aún no ha sido hallado, los investigadores estiman que
el animal habría medido entre cinco y seis metros, con una armadura
ósea protectora y una cola rígida que terminaba en una especie de
maza, característica distintiva del grupo.
Una región clave para
entender la evolución de los dinosaurios
El hallazgo llena una brecha
importante en el registro fósil del Cretácico medio en América del Norte.
Hasta ahora no existía evidencia clara de la presencia de anquilosaurios con
cola de martillo en esa época y lugar. La investigación fue iniciada por Charles
Helm, del Museo Tumbler Ridge, tras documentar unas huellas de tres dedos
en la zona.
“Este descubrimiento
demuestra que dos tipos de anquilosaurios coexistieron en esta región
del noreste de Columbia Británica”, explica Victoria Arbour, curadora
del Museo Royal BC y coautora del estudio. Añade que la región Peace sigue
revelándose como una zona fundamental para entender la evolución de los
dinosaurios en el continente.
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