Los muros fronterizos amenazan a la fauna mundial
Una revisión científica revela que las barreras fronterizas fragmentan ecosistemas, bloquean migraciones y agravan el riesgo de extinción de múltiples especies en todo el mundo
Las fronteras físicas entre países no solo
dividen territorios humanos, sino que también fragmentan
ecosistemas y amenazan la supervivencia de la fauna silvestre.
Esta es la principal conclusión de un estudio publicado en la revista Biological Conservation, que analizó 42
investigaciones realizadas en África, Asia, Europa y América del Norte desde
2006. Las estructuras, construidas con fines de seguridad, están alterando
drásticamente la dinámica de la vida silvestre a escala global, interrumpiendo
migraciones, reduciendo el flujo genético y limitando el acceso a recursos vitales
como el agua y el alimento.
La situación se
agrava por el crecimiento acelerado de estas infraestructuras: la construcción de barreras fronterizas se ha triplicado desde el
año 2000, según el Instituto de Política Migratoria de Estados
Unidos.
Impactos directos sobre especies
amenazadas
El estudio
detalla los graves efectos ecológicos
de estos obstáculos. La mayoría de las especies analizadas, incluyendo muchas
amenazadas o en peligro de extinción, mostraron poblaciones
decrecientes. "Con las barreras fronterizas, el hábitat
por el que antes los animales se movían libremente se divide, fragmentando las
poblaciones, reduciendo el flujo genético y, en muchos casos, provocando la
muerte directa de individuos que intentan cruzar", explicó Carol Chambers,
una de las líderes de la investigación.
En el caso de la
frontera entre Estados Unidos y México, el muro fronterizo, de 3.200 kilómetros
de extensión, ha reducido la conectividad de hábitats críticos para especies
como el jaguar (Panthera onca) y el borrego cimarrón (Ovis canadensis). Además, una
ley federal estadounidense de 2005 permitió ignorar normativas ambientales para
acelerar su construcción, agravando el impacto en zonas desérticas.
Las tres grandes amenazas
El análisis
identifica tres grandes consecuencias de las barreras para la
fauna:
- Fragmentación
del hábitat: Animales de pequeño rango de
movimiento, como reptiles y aves pequeñas, ven limitado su acceso a
alimento y a parejas reproductoras, mientras que las infraestructuras
asociadas (luces, carreteras, tráfico humano) alteran sus patrones de
comportamiento.
- Pérdida
de diversidad genética: Las vallas
y muros limitan la reproducción entre poblaciones, reduciendo la
variabilidad genética y aumentando el riesgo de enfermedades y endogamia.
Un caso emblemático se da en la frontera entre India y Bangladés, donde
los elefantes asiáticos
(Elephas maximus) han visto mermada su diversidad genética y han aumentado
los conflictos con humanos.
- Desprotección
transfronteriza: Especies protegidas en un país,
como el puma (Puma
concolor), pueden ser objeto de caza en el país vecino, anulando esfuerzos
de conservación sin cooperación binacional.
Aunque en algunos
casos las barreras han tenido efectos positivos, como la limitación de
enfermedades entre poblaciones de borrego cimarrón en el desierto de Sonora,
los investigadores consideran que el impacto
general es profundamente negativo.
Propuestas para mitigar los
efectos
El informe
sugiere cuatro medidas urgentes para reducir el daño:
- Reducir
iluminación y ruido en zonas
fronterizas sensibles.
- Crear
pasos de fauna mediante aperturas temporales o
diseños permeables.
- Sustituir
materiales peligrosos, como el
alambre de concertina, que provoca muertes de fauna.
- Fomentar
acuerdos binacionales, como los
llamados "parques de la paz", para gestionar conjuntamente áreas
protegidas.
El cambio
climático añade una amenaza adicional: las barreras
impedirán que las especies se desplacen hacia zonas más frescas,
acelerando así su riesgo de extinción.
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