La extraña luminosidad del cometa 3I/ATLAS reabre el debate sobre su naturaleza artificial
La misión de la NASA identificó señales del objeto dos meses antes de su descubrimiento, revelando un comportamiento inusual que reabre el debate sobre su origen
El cometa 3I/ATLAS, el tercer objeto interestelar confirmado tras Oumuamua
y Borisov, fue observado por el telescopio espacial TESS de la NASA dos
meses antes de su descubrimiento oficial el 1 de julio de 2025. Los datos,
analizados por investigadores de la Universidad Estatal de Michigan y la
Universidad de Auburn, mostraron que el objeto ya presentaba una intensa
actividad a 6,4 Unidades Astronómicas del Sol, mucho antes de alcanzar su
máximo acercamiento.
El estudio, publicado en arXiv, detalla cómo el equipo utilizó
técnicas de superposición de imágenes para reforzar la débil señal del cometa,
concluyendo que su brillo aumentó hasta cinco veces en apenas seis semanas.
Esta luminosidad inusual se atribuye a la sublimación de compuestos como dióxido
de carbono y monóxido de carbono, que se activan a temperaturas más frías
que el agua y que podrían conservarse en cometas procedentes de otros sistemas
estelares.
Una actividad poco
común
A diferencia de los cometas nativos del Sistema Solar, que suelen mostrar
actividad cerca del Sol, 3I/ATLAS comenzó a emitir gas y polvo a grandes
distancias, algo que ha sorprendido a la comunidad científica. La NASA
considera que este comportamiento podría aportar nuevas claves sobre la
composición de objetos interestelares y los materiales primigenios de los
sistemas planetarios.
El debate extraterrestre
Más allá de las explicaciones científicas, el físico de Harvard Avi Loeb
ha reavivado la hipótesis de que estos objetos podrían no ser únicamente
fenómenos naturales. En un artículo reciente, Loeb planteó que no se puede
descartar que 3I/ATLAS sea una tecnología extraterrestre, incluso un
vehículo espacial propulsado con energía avanzada, dado su dinamismo y su
aparente capacidad de producir luz. Aunque admite que la explicación natural es
la más probable, defiende que la comunidad científica debe mantener abierta
esta posibilidad hasta disponer de pruebas concluyentes.
Futuras
investigaciones
El fenómeno ha despertado un gran interés internacional. Nuevas
observaciones con telescopios terrestres y espaciales permitirán analizar su
composición y trayectoria con mayor detalle. Los especialistas esperan que
3I/ATLAS contribuya a ampliar la comprensión sobre los objetos interestelares y
a responder a la gran incógnita que los rodea: si son simples mensajeros de
otros sistemas o si, como algunos sugieren, podrían ser tecnología alienígena.
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