Homínidos y megafauna, víctimas de cambios de clima en el Pleistoceno
La pérdida de pastizales del sudeste asiático durante el Pleistoceno fue fundamental en la extinción de megafauna de la región, y probablemente también de primates homínidos.
Es la conclusión de un estudio publicado en Nature por científicos
del Departamento de Arqueología del Instituto Max Planck para la Ciencia de la
Historia Humana (MPI-SHH), en Alemania, y del Centro Australiano de
Investigación para la Evolución Humana de la Universidad Griffith, en
Australia.
"El sudeste asiático a menudo se pasa por alto en las
discusiones globales sobre las extinciones de la megafauna --reconoce el
profesor asociado Julien Louys, quien dirigió el estudio--, pero de hecho
alguna vez tuvo una comunidad de mamíferos mucho más rica llena de gigantes que
ahora están todos extintos".
Al observar los registros de isótopos estables en los dientes de
los mamíferos modernos y fósiles, los investigadores pudieron reconstruir si
los animales del pasado comían predominantemente hierbas u hojas tropicales,
así como las condiciones climáticas en el momento en que estaban vivos.
"Este tipo de análisis nos proporciona instantáneas únicas e
incomparables sobre las dietas de estas especies y los entornos en los que
deambulaban", destaca el doctor Patrick Roberts, del MPI-SHH, el otro
autor correspondiente de este estudio.
Los investigadores compilaron estos datos de isótopos para sitios
fósiles que abarcan el Pleistoceno, los últimos 2,6 millones de años, además de
agregar más de 250 nuevas mediciones de mamíferos modernos del sudeste asiático
que representan especies que nunca antes se habían estudiado de esta manera.
Demostraron que las selvas tropicales dominaban el área desde la
actual Myanmar hasta Indonesia durante la primera parte del Pleistoceno, pero
comenzaron a dar paso a más entornos de pastizales. Estos alcanzaron su punto
máximo hace alrededor de un millón de años, apoyando a comunidades ricas de
megafauna de pastoreo como el estegodón parecido a un elefante que, a su vez,
permitió prosperar a nuestros parientes homínidos más cercanos.
Pero si bien este cambio drástico en los ecosistemas fue una
bendición para algunas especies, también llevó a la extinción de otros
animales, como el simio más grande que jamás haya vagado por el planeta: el
Gigantopithecus.
Sin embargo, como sabemos hoy, este cambio no fue permanente. Las
copas tropicales comenzaron a regresar hace alrededor de 100.000 años, junto
con la fauna de la selva tropical clásica que son las estrellas ecológicas de
la región en la actualidad.
Se descubrió que la pérdida de muchas megafaunas antiguas del
sudeste asiático estaba correlacionada con la pérdida de estos entornos de
sabana. Del mismo modo, las especies humanas antiguas que alguna vez se
encontraron en la región, como el Homo erectus, no pudieron adaptarse a la
re-expansión de los bosques.
"Es sólo nuestra especie, el 'Homo sapiens', que parece haber
tenido las habilidades necesarias para explotar y prosperar con éxito en los
entornos de la selva --señala Roberts--. Todas las demás especies de homínidos
aparentemente no pudieron adaptarse a estos entornos extremos y
dinámicos".
Irónicamente, ahora es la megafauna de la selva la que está en
mayor riesgo de extinción, con muchas de las últimas especies restantes en
peligro crítico de extinción en toda la región como resultado de las
actividades del homínido superviviente en esta parte tropical del mundo.
"En lugar de beneficiarse de la expansión de las selvas
tropicales durante los últimos miles de años, los mamíferos del sudeste
asiático se encuentran bajo una amenaza sin precedentes por las acciones de los
humanos --añade Louys--. Al apoderarse de vastas extensiones de selva tropical
mediante la expansión urbana, la deforestación y la caza excesiva, corremos el
riesgo de perder parte de la última megafauna que aún camina por la
Tierra".
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