La ‘Flor Cadáver’, la flor más grande del mundo… y en peligro de extinción

La A. titanum, también conocida como “flor cadáver”, fue descubierta en 1878 en las selvas tropicales de Sumatra (Indonesia) y está en peligro de extinción, razón por la que la red de jardines botánicos europeos intercambia semillas anualmente para conservar la especie.

El aro gigante llegó al jardín botánico de Meise en 2008 y desde entonces ha florecido solo diez veces. Cada vez, el evento de la floración ha congregado miles de curiosos que han querido ver de cerca esta impresionante planta.

Su flor puede llegar a alcanzar hasta los tres metros de altura y su hoja puede tener hasta seis metros de largo. El ejemplar que ha salido este año en Bélgica se ha quedado en los 2,12 centímetros.

A nivel visual, esta planta tropical presenta tonos amarillos, verdes y fucsias, pero estos solo pueden apreciarse durante las 72 horas que dura la floración. Pero a pesar de presentar un bonito y colorido aspecto, el aro gigante guarda un desagradable secreto. Y es que precisamente debe su sobrenombre de “flor cadáver” por su desagradable olor a carne podrida, que emite con el objetivo de atraer a los insectos para su polinización.

El aro gigante crece únicamente en la selva de Sumatra. Bajo tierra, el tubérculo de la planta se asemeja a un bulbo grande que puede pesar hasta 130 kg. Este origen hace que esta sea una planta exigente para el cultivo, pues necesita una temperatura constante de 24 ° C y una humedad alta en todo momento. El tubérculo produce una hoja gigantesca, que va de de 2 a 6 m de altura, o una gran “flor” que puede llegar incluso a los tres metros de altura.

El nombre científico del titan arum, Amorphophallus titanum, significa literalmente “pene deformado titánico”, y se debe a la particular forma que presenta la parte central de la flor. Esta parte central o espádice, está envuelta por una gran hoja de color púrpura. Sin embargo, en la base del espádice se pueden observar pequeñas flores femeninas rosadas, coronadas por pequeñas flores masculinas amarillentas.

El característico olor pestilente del aro gigante es esencial en el proceso de polinización que garantiza la reproducción de la planta. Cuando las flores femeninas están maduras para ser polinizadas, el espádice emite este olor, que atrae a los insectos polinizadores -moscas, escarabajos, abejas-. Estos se precipitan hacia el arum y quedan atrapados allí por la propia forma de la planta. Al moverse, se cubren de polen, que al ser de nuevo liberados llevaran a otro aro gigante atraídos de nuevo por su pestilente aroma.

En su hábitat natural, el olor de la planta es muy potente, porque los arums titanes crecen a kilómetros de distancia y florecen muy poco. Cunado lo hacen, deben asegurarse de no perder la oportunidad crucial de la polinización por los insectos.

Este horrible “perfume” se puede sentir principalmente al comienzo de la floración, que dura solo tres días. En ese momento, las flores femeninas fertilizadas se convierten en bayas de color rojo anaranjado. Las aves se las comen y así participan en la diseminación de semillas, evacuadas en sus excrementos.

El aro gigante esta en peligro de extinción, pues en Sumatra, donde crece, la mitad de la selva ha sido deforestada. Afortunadamente, los jardines botánicos tienen cada vez más éxito en el cultivo del titan arum, tal y como lo ejemplifica el caso de Bélgica, lo que aumenta las posibilidades de supervivencia de la especie.



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