El volcán de La Palma entra en fase explosiva extrema con dos nuevas bocas y aumenta el peligro en la isla
Cuando La Palma todavía contenía la respiración ante el incierto avance de las lenguas de fuego hacia la costa, el volcán ha dado este viernes otro susto a los vecinos de la isla.
Entre rugidos ensordecedores
y una imponente nube de humo y cenizas, el Cumbre Vieja se ha descosido a
primera hora de la tarde y ha comenzado a escupir lava a borbotones por dos
nuevas bocas eruptivas cuando nadie lo esperaba.
El volcán, que no ha dejado de sonar durante toda la
jornada, ha registrado este viernes un incremento de su actividad explosiva,
calificada como extrema ya por los expertos, y ha mostrado su poderío a los
palmeros con detonaciones más frecuentes, violentas y fragmentos de material
piroclástico que alcanzan una mayor distancia al ser expulsados por los centros
de emisión. A lo largo de la tarde, los ríos de lava "fluida"
surgidos de las nuevas bocas "a gran velocidad" han recorrido cerca
de un kilómetro ladera abajo antes de expandirse, a una velocidad en torno a
los 60-80 metros por hora, según el Instituto Geológico y Minero de España.
Este incremento en la explosividad del volcán ha
obligado a desalojar a la población que aún permanecía en los barrios de
Tajuya, Tacande de Arriba y Tacande de Abajo. Se trata de unos 160 vecinos que
han dispuesto de apenas 15 minutos para recoger sus pertenencias y huir ante la
amenaza de la lluvia de escoria procedente del Cumbre Vieja. Con ellos, la
cifra de evacuados desde el comienzo de la erupción ronda los 6.000.
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