La lluvia se suma a los trabajos de los bomberos y ayuda a controlar el incendio de Málaga
Los esfuerzos de los distintos implicados en la extinción del gran incendio que afecta a la provincia de Málaga y que ha arrasado casi 7.800 hectáreas comienzan a dar sus frutos. Tras cinco días de duro trabajo de sol a sol y con la ayuda de las lluvias, esta madrugada ha sido un punto de inflexión y los efectivos de las distintas administraciones implicadas han logrado controlar el fuego.
Ha
sido el propio presidente andaluz, Juanma Moreno, quien ha anunciado a primera
hora de este martes que el incendio se da por controlado. "La lluvia que
cae desde hace horas ha sido la mejor aliada del intenso y admirable trabajo de
los retenes. Se activa el nivel 0. Ahora queda una fase compleja hasta su extinción",
ha expresado en Twitter.
Anoche
1.366 vecinos de cinco de los seis pueblos de Málaga desalojados este domingo
pudieron volver a sus casas —todos menos los de Genalguacil— de forma
"prudente, escalonada y progresiva". A primera hora de este martes,
ha sido el turno de 250 vecinos de Genalguacil. Además, todas las carreteras
que estaban todavía cerradas como consecuencia del incendio quedan abiertas,
entre las que se encuentran la MA-8301, MA-8302 y MA-8304.
A
última hora del lunes, con las precauciones que requieren estas actuaciones, y
sabedor de que cualquier elemento podía echar por tierra las previsiones
actuales, el director de Extinción del Plan Infoca, Alejandro García, atendió a
los medios de comunicación para detallar la evolución de los trabajos y lo
primero que señaló es que, "con más de 70 kilómetros de perímetro",
aún no podían hablar de la situación del incendio, sino de los distintos
sectores y flancos. “Porque así como la zona sur podríamos considerarla
estabilizada, el resto de los sectores están vivos, algunos muy vivos”, señaló
a modo de introducción. Una situación que se ha podido dominar gracias a las
precipitaciones.
García
explicó las últimas dificultades que habían encontrado en el flanco oeste, el
que amenaza al municipio de Casares, que se había reactivado por los “los
vientos de levante bastante fuertes” que azotaron la zona y “por una tormenta
de aire” que provocó turbulencias que obligaron a retirarse a los medios aéreos
de ala fija. Este contratiempo hizo que los responsables del dispositivo
decidiesen “concentrar” en este lugar los helicópteros y avanzó que los
trabajos nocturnos a desarrollar la madrugada de ese martes se focalizarían en
sofocar unas llamas que amenazarían un diseminado si continuasen con su avance.
Un trabajo que ha dado sus frutos.
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