Australia sacrificará 10.000 caballos salvajes disparándoles desde helicópteros
Si no se logra reubicar a los caballos salvajes, el plan contempla sacrificarlos disparándoles desde helicópteros, todo para salvar a las especies nativas de Australia.
Tal como detalla National Geographic, entre todas
las plantas y animales que hacen de Australia la isla con más especies
endémicas del mundo, los caballos no figuraban en su territorio hasta 1788,
cuando un conjunto de once barcos británicos introdujo a los primeros
ejemplares al continente.
Desde entonces, los caballos (llamados brumbies por
los australianos) se extendieron por el sureste del país, en una región
delimitada por los Alpes Australianos, que concentra la única cordillera superior
a los 2,000 metros sobre el nivel del mar en Australia.
Más de dos siglos después, los brumbies son una
especie invasora que amenaza a la flora y fauna nativa de los Alpes
Australianos. Con una población salvaje creada a partir de caballos abandonados,
fugitivos y perdidos, se calcula que existen cerca de 25,000 brumbies en las
provincias de Nueva Gales del Sur y Victoria.
Y aunque los ecologistas han advertido desde hace
décadas del peligro que conlleva el crecimiento de su población, considerada una
amenaza para animales, plantas y el ecosistema nativo del Parque Nacional
Kosciuszko (que resguarda el único clima alpino de todo el continente), no fue
hasta 2021 que las autoridades presentaron una polémica iniciativa para frenar
a los caballos salvajes en Australia:
El plan consiste en sacrificar a 10,000 caballos
salvajes para controlar su población y evitar un mayor impacto en las especies
de flora y fauna nativa. En una primera fase, el gobierno pretende relocalizar
a la mayoría de caballos salvajes en propiedades privadas, de modo que
particulares se comprometan a hacerse cargo de ellos durante el resto de su
vida.
Sin embargo, la dificultad y los recursos que
conlleva la reubicación de 10,000 caballos salvajes obligan al gobierno a
incluir en su plan una medida más drástica: en caso de no cumplir con el
cometido por la primera vía, la iniciativa contempla sacrificar a la mayor
cantidad de brumbies posible vía aérea, disparándoles desde un helicóptero.
La iniciativa causó revuelo entre la comunidad
científica: si bien la población está cada vez más informada del daño provocado
por las especies invasoras y las medidas de control son respaldadas en su
mayoría por la ciudadanía, los expertos consideran que sacrificar a 10,000
caballos salvajes es insuficiente para minimizar su impacto en el ambiente.
A finales de octubre, un grupo de 41 científicos
miembros de la Academia Australiana de Ciencias escribió una carta abierta dirigida al Ministro de Energía y Medio Ambiente de Nueva Gales del Sur. En
ella, los firmantes aseguran que para proteger a los animales, plantas y el
ecosistema nativo, es necesario endurecer las medidas tomadas para reducir la
población de brumbies.
Según las proyecciones de los científicos, el número
de caballos salvajes aumenta a un ritmo de 18 % anual y se ha multiplicado más
del doble desde 2014 a la fecha. De continuar esta tendencia, la población de
brumbies podría alcanzar los 20,000 ejemplares en 2022, comprometiendo el
futuro de los Alpes Australianos.
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