Las misiones Apolo detonaron hasta 30 cargas explosivas en la Luna
Hoy hace 49 años que la tripulación del Apolo 17 desplegó 8 cargas explosivas en la Luna para un Experimento Sísmico Lunar, justo después de que la tripulación abandonara el valle Taurus-Littrow.
Se realizaron dos experimentos, el experimento
sísmico activo en Apolo 14 y 16 y el Experimento de perfil sísmico lunar en
Apolo 17, para determinar la estructura detallada del kilómetro superior de la
corteza lunar. Ambos experimentos involucraron la detonación de una serie de
pequeños explosivos.
Las ondas sísmicas o los movimientos del suelo
causados por estas explosiones se midieron mediante una red de geófonos. En
los Apolo 14 y 16, un astronauta detonó hasta 19 explosiones utilizando un
dispositivo llamado "thumper" a lo largo de una línea de geófonos de
90 metros de largo. En el Apolo 16, también se utilizaron tres obuses de
mortero para lanzar cargas explosivas a distancias de hasta 900 metros del
ALSEP. En el Apolo 17, se colocaron ocho cargas explosivas durante los tres EVA
a distancias de hasta 3,5 kilómetros del LM. Estas cargas tenían masas de 57
gramos a 2,7 kilogramos. Tanto los proyectiles de mortero del Apolo 16 como los
explosivos del Apolo 17 fueron detonados por radio control después de que los
astronautas abandonaron la superficie lunar.
Estos experimentos mostraron que la velocidad
sísmica (onda P) está entre 0,1 y 0,3 kilómetros por segundo en los cientos de
metros superiores de la corteza en los tres sitios de aterrizaje. Estas
velocidades son mucho más bajas que las observadas para la roca intacta en la
Tierra, pero son consistentes con un material altamente fracturado o brechado
producido por el prolongado bombardeo meteorítico de la Luna. En el lugar de
aterrizaje del Apolo 17, se determinó que la capa de basalto de la superficie
tenía un espesor de 1,4 kilómetros, un poco más alto que el espesor de 1
kilómetro determinado a partir del Experimento de gravímetro transversal.
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