El planeta más caliente conocido fuera del Sistema Solar tiene oxígeno en su atmósfera
Desde el hallazgo, en 1995, del primer planeta fuera de nuestro Sistema Solar, se han detectado más de cuatro mil planetas extrasolares. A lo largo de estas dos décadas equipos científicos de todo el mundo han intentado caracterizar sus atmósferas y explicar por qué estos nuevos mundos son tan distintos a los planetas del Sistema Solar.
Ahora, un
equipo con participación del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC)
publica en la revista Nature Astronomy el hallazgo de átomos de oxígeno en
KELT-9b, la primera detección de este compuesto en una atmósfera exoplanetaria.
Con una temperatura diurna de más de cuatro mil
grados, el exoplaneta KELT-9b, descubierto en 2017, es el exoplaneta más
caliente conocido hasta la fecha. Se trata de un gigante gaseoso similar a
Júpiter, con la diferencia de que la temperatura en su atmósfera es tan alta
como para fundir el hierro. Esas temperaturas extremas se deben a que gira muy
cerca de su estrella anfitriona, tanto que completa una órbita en apenas unas
36 horas. Desde su hallazgo se busca comprender la naturaleza de un objeto tan
caliente y peculiar, así como la razón de que no se desintegre estando tan
cerca de su estrella.
Para estudiar las atmósferas de estos planetas se
emplea el método de los tránsitos, pequeños eclipses producidos cuando el
planeta pasa por delante de su estrella. Durante el tránsito, la luz de la
estrella anfitriona atravesará la atmósfera del planeta, lo que permite
estudiar las características físicas y la composición de esa atmósfera.
"Nuestro equipo detectó las huellas del oxígeno
atómico en el espectro del planeta. Dado que KELT-9b es un planeta gigante
gaseoso muy caliente, esta detección no es un indicio de la presencia de vida,
pero es la primera detección definitiva de átomos de oxígeno en la atmósfera de
un exoplaneta", afirma Francesco Borsa, investigador del Osservatorio
Astronomico di Brera (INAF), que dirige el estudio.
L a detección fue posible gracias a un modelo
informático desarrollado por el equipo científico, el más avanzado para el
estudio de las atmósferas de exoplanetas calientes desarrollado hasta la fecha.
El modelo no solo coincidía con las observaciones anteriores de otros
compuestos en la atmósfera de KELT-9b, sino que también predecía que los datos
deberían mostrar la presencia de átomos de oxígeno.
Así, el equipo volvió a analizar observaciones
anteriores del planeta obtenidas con el telescopio de 3.5 metros del
observatorio de Calar Alto (CAHA, Almería), y sus resultados confirmaron la
predicción del modelo: las señales de oxígeno estuvieron ahí todo el tiempo,
pero no habían sido detectadas por los análisis anteriores.
"La concordancia entre el modelo y las
observaciones es un hito en nuestra exploración de los planetas fuera del
Sistema Solar. Demuestra que ahora podemos crear modelos realistas de
exoplanetas y mejorar significativamente nuestra capacidad para comprender las
atmósferas de los más calientes. Aunque todavía no es posible realizar
observaciones similares de las atmósferas de planetas más pequeños y fríos,
algún día lo será. Consideramos este trabajo como un ensayo general para los
futuros trabajos de búsqueda de oxígeno en las atmósferas de diferentes
planetas de la galaxia, incluidos los mundos más pequeños, posiblemente
habitables", concluye Denis Shulyak, investigador del Instituto de
Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que participa en el descubrimiento.
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