Turkmenistán quiere apagar la "Puerta del infierno"
La “Puerta al Infierno” de Turkmenistán es una auténtica maravilla de la naturaleza. Ubicada cerca de Derweze Village en el desierto de Karakum a unos 260 kilómetros de Ashgabat, la capital de Turkmenistán, es uno de los lugares más peligrosos del mundo por su reserva de metano que lleva ardiendo, incansablemente, desde la década de 1970.
Turkmenistán
es una de las cinco repúblicas litorales del Mar Caspio, un territorio con
enormes volúmenes de reservas de petróleo y gas natural, según la
Administración de Información Energética de Estados Unidos.
Este
pozo nació -según la historia más extendida- de un accidente de perforación de
combustible fósil soviético. Con la perforación golpearon una cámara de gas que
provocó el colapso de la plataforma y de la superficie de tierra en la que se
encontraba, campamento incluido. Solo quedó un enorme cráter expulsando metano.
Los ingenieros decidieron entonces prender fuego al cráter para evitar que los
gases tóxicos se propagaran, esperando que el fuego ardiera durante unas pocas
semanas, aproximadamente. Pero está claro que subestimaron la cantidad de
combustible que se hallaba bajo sus pies, pues ahí sigue. Más de 50 años
después, el pozo con 69 metros de ancho y 30 metros de profundidad, continúa
ardiendo. La superficie total de la popular zona es de 5.350 m2, el tamaño de
un campo de fútbol americano.
Sin
embargo, hay investigadores que afirman que no existen documentos que avalen
esta versión y que la verdad es que se desconoce cómo empezó todo.
El
pozo de Darvazá tiene el tamaño de un campo de fútbol y, desde 2009, sobre todo
gracias a la difusión de este emplazamiento en redes sociales, se convirtió en
una importante atracción turística de este país de Asia Central.
La
primera persona que entró en el cráter de Darvaza fue George Kourounis, un
aventurero canadiense, que comandaba una expedición patrocinada por National
Geographic. Fue en el año 2003. Kourounis declaró, en una entrevista al mismo
medio, que se preparó físicamente durante un año y medio antes de estar en
condiciones de adentrarse en el ardiente pozo que parece sacado de una película
de ciencia ficción. Kourounis, una vez concluida la expedición, afirmó que el
cráter era como un “coliseo de fuego”.
Ahora,
el presidente de Turkmenistán (antigua república soviética) Gurbanguly
Berdymukhamedov, ha instado a los expertos, a través de una aparición
televisiva, a encontrar la manera de extinguir definitivamente el enorme
incendio que ya dura cinco décadas y que es apodado la ‘Puerta del Infierno’.
Según el presidente, el motivo principal sería a la preocupación por la salud
de las personas que viven cerca del cráter en llamas, causas medioambientales,
así como oportunidades comerciales perdidas.
Esta
nación tiene una de las mayores reservas de gas natural del mundo, pero carece
de la infraestructura adecuada para utilizarlo en su totalidad y la economía
del país depende en gran medida de las exportaciones de gas. Sin contar con que
el metano es el principal contribuyente a la formación de ozono troposférico,
un contaminante nocivo del aire y un gas de efecto invernadero que provoca 1
millón de muertes prematuras al año”, según el Programa de las Naciones Unidas
para el Medio Ambiente (PNUMA) aparte de ser un potente gas de efecto
invernadero.
Lo
cierto es que se desconoce la estrategia que pretenden seguir para extinguir
este agujero ardiente del desierto. En 2010 ya hubo uno de los muchos intentos
que han tenido lugar para apagar el fuego, pero, hasta ahora, todos los
esfuerzos han sido infructuosos.
Se
desconocen bastantes detalles sobre este cráter de metano, sobre todo debido al
control extremadamente férreo de la autoridad de Turkmenistán sobre la vida
pública.
Según
Human Rights Watch, Turkmenistán es un “país extremadamente represivo” con un
gobierno que “restringe severamente todos los derechos y libertades
fundamentales”
.-
Referencia: https://www.elconfidencial.com/medioambiente/2022-01-20/puerta-del-infierno-turkmenistan_3361047/
.-
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