La NASA abre una muestra lunar de hace 50 años

 

El objetivo es claro: volver a la Luna. La Nasa quiere regresar a este satélite natural y lo ha estado planeando por años. Por ahora, programa hacerlo con la misión Artemisa, que quiere llevar a la primera mujer y al siguiente hombre al polo sur de la Luna.

Pero para alcanzarlo, además de las misiones y las pruebas que lanzarán este año, deben continuar sus estudios, aprender lo que más se pueda desde acá, desde la Tierra.

Esta vez, el viernes 4 de marzo, la agencia estadounidense anunció que luego de esperar 50 años, están abriendo una de las últimas muestras lunares que trajo Apolo.

Lo está haciendo la División de Ciencias de Investigación y Exploración de Astromateriales, Ares, en el Centro Espacial Johnson en Houston. Son ellos los encargados de proteger y estudiar todas las muestres extraterrestres que llegan por parte de la Nasa. Y lo dirige el Programa de Análisis de Muestras de la Próxima Generación de Apolo.

Pero no será rápido, no terminará ni hoy, ni mañana ni la próxima semana. Estiman que el proceso, que comenzó en febrero, termine para finales de este semestre, junio o julio.

“Comprender la historia geológica y la evolución de las muestras de la Luna en los sitios de aterrizaje del Apolo nos ayudará a prepararnos para los tipos de muestras que se pueden encontrar durante Artemisa”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas.

De hecho, Artemisa hará lo mismo: será otra oportunidad para traer muestras, de nuevo selladas, pero esta vez del polo sur. Ahora, por eso, es el momento perfecto para analizar esta, su forma de transporte y almacenamiento.

Hace casi 53 años Apolo llegó a la luna con los primeros humanos y recogieron las muestras. En ese entonces, la Nasa tuvo la idea de conservar algunas de ellas sin abrir, para futuros experimentos y análisis.

Sabían, presentían, que en el futuro serían útiles y, posiblemente, mejor utilizadas.

“La agencia sabía que la ciencia y la tecnología evolucionarían y permitirían a los científicos estudiar el material de nuevas formas para abordar nuevas preguntas en el futuro”, dijo Lori Glaze, directora de la División de Ciencias Planetarias.

La Nasa explica que la muestra ANGSA 73001, por ejemplo, es parte de una muestra del tubo impulsor del Apolo 17 recolectada por los astronautas Eugene Cernan y Harrison “Jack” Schmitt en diciembre de 1972.

Los astronautas clavaron un par de tubos conectados de 1,5 por 14 pulgadas en la superficie lunar para recolectar segmentos de rocas y suelo de un depósito de deslizamiento de tierra en el valle Tauro-Littrow de la Luna.

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