Descubren los rastros más antiguos de la presencia humana en el Ártico

La presencia de humanos modernos en el Ártico se remonta a hace 40.000 años, según el estudio de huesos encontrados en un complejo arqueológico situado en las llanuras de Siberia. El Obi es uno de los grandes ríos siberianos con vestigios de la cultura del Paleolítico Superior Temprano.

Científicos rusos han descubierto los rastros más antiguos de la presencia de humanos modernos en el Ártico, que se remontan a hace 40.000 años (comienzos del Paleolítico Superior).

El descubrimiento se realizó gracias al estudio de huesos de animales encontrados en el complejo Paleolítico de Kushevat, situado en el tramo inferior del rio Obi, en el distrito autónomo ruso de Yamalo-Nenets, en las llanuras de Siberia Occidental.

Las fechas de esos huesos se determinaron con una precisión de hasta 50 años en el "Accelerator Mass Spectrometry of NSU-NSC" (TsKP UMS). El trabajo reunió a un amplio círculo de arqueólogos, geólogos, físicos, entre otros especialistas, según informa el Instituto GI Budker de Física Nuclear SB RA, uno de los principales centros de estudios avanzados de física nuclear en Rusia.

La cuestión del asentamiento inicial del Ártico y Subártico por parte de un humano antiguo de tipo moderno (Homo sapiens sapiens) ha sido de interés para los científicos durante mucho tiempo.

El valle del río Obi, el séptimo río más largo del mundo con 5.410 kilómetros de recorrido, se considera a menudo como una posible ruta de migración para los pueblos del Paleolítico.

Se cree que el humano moderno llegó a Europa y Asia hace entre 50.000 y 60.000 años. Pero se desconoce dónde vivía antes y cómo cruzó los montes Urales, que forman la frontera natural entre Europa y Asia.

Durante mucho tiempo prevaleció la hipótesis de que, hace entre 12.000 y 30.000 años, el norte de Siberia Occidental estaba cubierto por un gran glaciar (al igual que el norte de América y Europa). Al sur de este glaciar había una cuenca represada que alcanzaba alturas de 130 metros.

Por esta razón, se creía que no tenía sentido buscar sitios arqueológicos que datasen del período de hace 30-40 mil años en el norte de Siberia Occidental. Esto fue confirmado por la ausencia casi total de hallazgos (herramientas, sitios, rastros orgánicos)

Sin embargo, gracias al programa de investigación internacional que utiliza la datación por AMS y a la luminiscencia de estimulación óptica, los científicos lograron demostrar que en el norte de Siberia Occidental no hubo una capa de hielo hace 12-30 mil años, sino que fue mucho antes: hace entre 90.000 y 60.000 años.

Eso significa que el nivel de la cuenca represada por el hielo en el valle de Obi no excedía los 60 metros, lo que arroja una imagen paleogeográfica completamente diferente.

Esta perspectiva permitió trabajos de exploración en los tramos inferiores del Obi y en 2020, en los sedimentos de un antiguo arroyo cerca de Kushevat, se descubrió un horizonte cultural con huesos que se extendían por decenas de metros.

Se descubrieron dos cuernos de venado con rastros de procesamiento propio de actividades humanas (impacto antropológico). En total se obtuvieron 20 fechas de este horizonte óseo (con una edad de 40.000 a 20.0000 mil años atrás); al mismo tiempo, los restos óseos (cuernos) procesados por humanos datan de 40 mil años.

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