La tundra siberiana podría desaparecer para siempre

 

Según una nueva investigación, ha alcanzado un punto crítico en el derretimiento del permafrost en el Ártico, lo que pone en serio riesgo a la tundra de Siberia, con un futuro que no es del todo alentador.

La mayor parte de la tundra se extiende por Siberia, Alaska, el norte de Canadá, el sur de Groenlandia y la costa ártica europea. En el hemisferio sur, es posible encontrar porciones de tundra en el extremo sur de Argentina y Chile, las islas subantárticas y las zonas del norte de la Antártida que están próximas al nivel del mar.

Las estadísticas señalan que la tundra ocupa cerca de un quinto de la superficie emergida de nuestro planeta. Es posible distinguir entre dos tipos de tundra: la tundra alpina o de alta montaña (que aparece a grandes alturas) y la tundra ártica (surge en zonas más bajas y exhibe una mayor vegetación).

¿El motivo? Que se ha producido un calentamiento del suelo a unos niveles tan elevados que ha liberado más carbono en invierno que el que las plantas del norte pueden absorber durante el verano. Por tanto, la tundra global ha pasado a ser una fuente adicional de gases de efecto invernadero, junto a las emisiones provocadas por el ser humano.

Científicos de hasta doce países han realizado una investigación a través de la instalación de detectores de CO2 en el suelo de más de 100 lugares alrededor del Ártico para recoger información sobre qué está sucediendo, obteniendo más de mil mediciones. Los datos apuntan a una severa crisis de los sistemas naturales del norte, dado que ahora está comenzando a emitir carbono, cuando anteriormente, por el contrario, impedían su liberación a la atmósfera.

Durante la investigación comprobaron que se libera mucho más carbono del esperado, alrededor de 1.700 millones de toneladas por año, el doble de estimaciones previas. Teniendo en cuenta que las plantas de la tundra ártica absorben más de mil millones de toneladas de gas de la atmósfera, se estima que los suelos del Ártico emiten más de 600 millones de toneladas por año.

Aunque se pensaba que las emisiones de invierno se compensaban con las absorciones, estos nuevos datos muestran una inversión de estos términos debido al derretimiento del permafrost. Situación que se agravará debido al calentamiento global: cuanto más aumente este, más lo harán las emisiones.

Según los expertos del Instituto Alfred Wegener, Centro Helmholtz para la Investigación Polar y Marina, con sede en Bremerhaven, Alemania,  la tundra siberiana podría desaparecer por completo para el año 2500, a menos que la humanidad logre reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Para llevar a cabo el estudio publicado en eLife, Stefan Kruse y su colega y coautora del estudio, la profesora Ulrike Herzschuh, crearon un nuevo modelo de computadora que evalúa la extensión completa de 4.000 km. de la tundra siberiana.

El modelo tuvo en cuenta los ciclos de vida de los árboles individuales: desde qué tan lejos pueden dispersar sus semillas, cómo crecen cuando se enfrentan a la competencia de otros árboles, hasta las tasas de crecimiento basadas en la temperatura,  la precipitación y la profundidad del deshielo de verano del permafrost, que tiene lugar en las regiones de la tundra.

Así, los investigadores descubrieron que una vez que los árboles emprenden su ruta hacia el norte en respuesta al calentamiento, lo hacen rápidamente y que es muy poco probable que retrocedan nuevamente si las temperaturas bajan.

“En un supuesto escenario en el que cual las emisiones de carbono se reduzcan a 0 para el año 2100 y el aumento de la temperatura global se mantenga por debajo de los 2 grados C. solo el 32,7 % de la tundra actual permanecería a salvo para el año 2500. A su vez, esta fracción se dividiría en dos minitundras: una en Chukotka, en el lejano oriente, y, otra, en la península de Taymyr, en el lejano norte”, afirmaron los científicos.

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