Descartan la supuesta peligrosidad del acelerador de hadrones del CERN
El acelerador de partículas más grande del mundo, el
LHC, de la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), reproduce
fenómenos que ya ocurren en la naturaleza, explicaron científicos a la AFP.
Pero desde que fue puesto en marcha nuevamente el 5 de julio de 2022, cientos
de usuarios en redes sociales piden que se deshabilite, por temor a que
produzca agujeros negros y “terribles catástrofes naturales”. Sin embargo,
científicos independientes y una evaluación de seguridad desestimaron estas
preocupaciones.
“Con este invento diabólico, de seguro, con su funcionamiento,
desestabilizarán, definitivamente, la naturaleza, provocando terribles
catástrofes naturales”, advierten publicaciones en Facebook, con versiones similares
en Twitter y Telegram.
El LHC del CERN, también conocido como Gran
Colisionador de Hadrones, es el mayor y más potente acelerador de partículas
del mundo. Se puso en marcha en 2008, con el objetivo de dar respuesta a las
grandes preguntas sobre el origen del Universo.
Sus dos haces de protones -partículas del núcleo del
átomo- acelerados a casi la velocidad de la luz viajan en direcciones opuestas
en el anillo de 27 km, que está enterrado a 100 metros bajo tierra en la
frontera franco-suiza.
Gracias a él los científicos descubrieron en 2012 el
célebre Bosón de Higgs, considerado la pieza clave de la estructura fundamental
de la materia. Fabiola Gianotti, directora general del CERN, explicó el 5 de
julio de 2022: "El Bosón de Higgs está relacionado con algunas de las
cuestiones más profundas de la física fundamental, desde la estructura y la
forma del Universo hasta el modo en que se organizan otras partículas".
Su descubrimiento revolucionó la física, confirmando
la predicción de los investigadores que la habían convertido en una parte clave
del Modelo Estándar de la física de partículas casi 50 años antes. Es la
manifestación de un campo, o espacio, que da masa a las partículas elementales
que componen la materia.
Después de una pausa de tres años para mantenimiento
y actualización, el CERN volvió a ponerlo en marcha el 5 de julio de 2022,
reanudando sus colisiones de partículas de alta energía. El objetivo: avanzar
en la investigación del Bosón de Higgs, o "partícula de Dios".
"La investigación del LHC sirve para intentar
reproducir las condiciones en las que se creó el universo en el momento del Big
Bang. Porque después, el universo se enfrió para convertirse en lo que es
hoy", declaró a la AFP el 21 de julio de 2022 Stephanie Roccia, profesora
de la Universidad de Grenoble Alpes y física de partículas.
"Las leyes de la física son tales que no
podemos simplemente medir las cosas a baja energía y entender cómo sucedieron a
mayor energía. Así que con cada nueva actualización del acelerador, tratamos de
ir un poco más lejos en energía para ver lo que ocurrió un poco antes en la
historia del universo", añadió.
Pero, ¿podría esta tecnología ser peligrosa? Elliot
Lipeles, profesor asociado de física en la Universidad de Pensilvania, dijo a
la AFP que los científicos han examinado las acusaciones sobre la falta de
seguridad del LHC y no han encontrado ninguna base para ellas.
"Estas afirmaciones se han estudiado a fondo y
no hay ningún riesgo", dijo en un correo electrónico, señalando el
análisis de seguridad del laboratorio de 2003, que fue reafirmado en
investigaciones posteriores.
Para Stephanie Roccia, lo desarrollado en el informe
de 2003 “es perfectamente correcto y es una referencia en el campo de la
ciencia". La científica detalló que “las colisiones que se producen en el
CERN son de alta energía desde el punto de vista tecnológico, pero siguen
siendo colisiones que están a una energía mucho menor que la que se produce con
los rayos cósmicos”.
Esta radiación “ya llega de forma natural a la
Tierra todo el tiempo y los humanos están acostumbrados a ella. Por lo tanto,
cualquier colisión que se produzca en el CERN ya ha tenido lugar en
innumerables ocasiones en nuestra atmósfera, por encima de nuestras cabezas o
junto a nosotros, sin que nunca haya causado un problema", señaló.
David Miller, profesor de física de la Universidad
de Chicago que ha colaborado en las investigaciones del CERN, dijo que las
colisiones de partículas en el CERN no son diferentes de lo que ocurre en la
atmósfera.
"Las partículas están golpeando la atmósfera de
la Tierra todo el tiempo a energías mucho más altas que las que podemos crear
en el laboratorio", dijo Miller a la AFP.
"Si se está creando un agujero negro en el laboratorio, significa
que se está creando en la atmósfera todo el tiempo".
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