El peligro de la basura espacial: Australia y Filipinas tienen restos recientes de cohetes
La basura espacial generada por dos cohetes de dos
misiones orbitales diferentes ha caído a la Tierra recientemente. Una ha
terminado estrellándose en una zona rural de Australia y otra cerca de la costa
de Filipinas. Aunque la posibilidad de que estos objetos espaciales caigan
sobre una persona sea muy baja, las preocupaciones de que esto ocurra son cada
vez mayores, puesto que la cantidad de desechos no hace más que aumentar.
El caso más sonado de los últimos días fue el de los
restos del cohete Long March 5B de China, que se desconocía dónde iba a
impactar exactamente. El reingreso de esta basura espacial a la atmósfera
terrestre fue descontrolado y terminó cayendo en el mar de Sulu, muy cerca de
la isla Palawan (Filipinas). Por suerte, no hubo víctimas, pero sí que se
disparó la alarma y de ello hablamos en 20BITS.
No obstante, los restos del Long March 5B no han
sido los únicos que han entrado de nuevo en nuestra atmósfera de forma
descontrolada. Otro caso reciente consiste en una enorme pieza que cayó en una
granja de ovejas del sureste australiano que se cree que podría pertenecer a
SpaceX. Los informes detallan que podría tratarse de un trozo de metal de la
misión Crew 1 de la empresa privada de Elon Musk que envió a astronautas a la
Estación Espacial Internacional en 2020.
El incremento de los lanzamientos orbitales es cada
vez más notorio. Se calcula que se realizan más de 100 de ellos anualmente y se
espera que esta cifra aumente durante la próxima década. Esto supone un auge de
las opiniones de expertos que se preocupan por el problema de la basura
espacial.
Un reciente estudio publicado en Nature Astronomy
concluyó que existe un 10% de posibilidades de que una persona muera por la
caída de piezas de naves espaciales en los próximos 10 años.
"La mayoría de los lanzamientos espaciales dan
como resultado reingresos descontrolados del cuerpo del cohete, lo que crea
riesgos de muerte para las personas en tierra, en el mar y en los aviones
–detalla el estudio-. Estos riesgos se han tratado durante mucho tiempo como
insignificantes, pero la cantidad de cuerpos de cohetes abandonados en órbita
está creciendo, mientras que los cuerpos de cohetes de lanzamientos anteriores
continúan reingresando a la atmósfera debido al arrastre de gas".
Los investigadores apuntan que los “gobiernos
nacionales cuyas poblaciones están en riesgo deben exigir a los principales
estados con capacidad espacial actúen juntos para ordenar el reingreso
controlado de cohetes”.
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