Artefactos alienígenas podrían estar ocultos por todo el Sistema Solar
A un año de su fundación, el Proyecto Galileo
impulsado por los científicos Avi Loeb y Frank Laukien, de la Universidad de
Harvard, sigue buscando firmas tecnológicas de civilizaciones extraterrestres.
Creen que los artefactos alienígenas, que permitirían comprobar la presencia de
otras civilizaciones inteligentes en el cosmos, podrían estar desperdigados por
todo el Sistema Solar: por eso sostienen la necesidad de desarrollar una metodología
de investigación que se mantenga en el tiempo.
Científicos congregados alrededor del Proyecto
Galileo, que comenzó sus actividades en julio de 2021, sostienen que la única
vía posible para resolver la eterna pregunta sobre la existencia o no de otras
civilizaciones inteligentes en el cosmos es desarrollando una metodología de
investigación científica, y manteniendo las observaciones a lo largo del
tiempo. Con ese propósito, los investigadores han planteado objetivos e
hipótesis de investigación muy concretos, dejando atrás los prejuicios
relacionados con este campo de estudio.
Las firmas tecnológicas son una de las alternativas
más prometedoras para descubrir vida extraterrestre. En líneas generales,
consisten en el hallazgo de alguna señal u objeto que sirva como evidencia de
las actividades de una civilización no humana. Las señales de radio son una
posibilidad, pero su detección debería acompañarse de la certeza de un origen
extraterrestre, algo que no resulta tan sencillo de lograr.
En tanto, el hallazgo de objetos o restos que puedan
estudiarse para verificar su origen alienígena es otra opción, más concreta y
fácil de comprobar, siempre y cuando tengamos acceso a estos materiales o
estructuras. El objeto interestelar Oumuamua, descubierto en 2017, fue un
candidato serio en este sentido. Sin embargo, su observación y análisis resultó
muy compleja, porque se alejó rápidamente de la órbita de la Tierra. ¿Sería
posible diseñar una misión espacial para alcanzarlo y estudiarlo, o para
intentar hallar otros objetos similares?
El Proyecto Galileo, que acaba de cumplir un año de
vida y fue creado por los científicos Avi Loeb y Frank Laukien, de la
Universidad de Harvard, en Estados Unidos, ha desarrollado una serie de
conceptos que buscan sistematizar los estudios sobre estos temas, superando la
idea de que estas cuestiones tienen que ver más con la ciencia ficción o las
especulaciones que con la ciencia propiamente dicha. Así lo explica el propio
Loeb, en un artículo publicado recientemente en ArXiv y en una extensa
publicación en su blog.
Según un artículo publicado en Universe Today, las
búsquedas del Proyecto Galileo, que actualmente se concretan mediante avanzados
telescopios ubicados en distintas partes del planeta y estrategias de
Inteligencia Artificial (IA), para interpretar las observaciones y los datos,
giran en torno a una serie de hipótesis para hallar firmas tecnológicas de
civilizaciones extraterrestres.
Una de ellas son las imágenes de fenómenos aéreos no
identificados (UAP), en las bandas infrarroja, de radio y óptica, además de
grabación de datos de audio. La segunda posibilidad es recuperar fragmentos de
objetos interestelares que chocan con la Tierra, como cometas u otros cuerpos.
En tanto, otra alternativa es reunirse con futuros
objetos interestelares (ISO) que pasen por el Sistema Solar, como Oumuamua,
para lo cual se requeriría una inversión cercana a los 1.000 millones de
dólares en el diseño de una misión espacial. Además, los científicos plantean
buscar pequeños satélites alienígenas que orbiten la Tierra, utilizando el
Observatorio Vera C. Rubin, que estará activo en 2023.
De acuerdo a lo indicado por el propio Loeb en su
blog, el equipo de Galileo desarrolló un diseño de sistemas de telescopios
optimizados para obtener imágenes de UAP, así como una expedición para excavar
el fondo del océano cerca de Papúa Nueva Guinea, en busca de fragmentos del
primer meteoro interestelar, CNEOS 2014–01–08. También está diseñando una
misión espacial para encontrar objetos interestelares inusuales, como el ya
mencionado Oumuamua.
Junto a la riguridad científica que plantea el
proyecto y a la inexistencia de intereses comerciales, Loeb también aclaró que
el análisis de los datos se basará únicamente en la física conocida y no
considerará ideas marginales sobre extensiones al modelo estándar de la física.
Por último, resaltó que los datos o su análisis se publicarán a través de
canales tradicionales, científicamente aceptados y validados a través del
proceso convencional de revisión por pares.
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