Alerta mundial: los ‘supermicrobios’ pueden matar a 10 millones de personas al año
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha
lanzado una alerta mundial: hay que prepararse contra los ‘supermicrobios’, que
pueden llegar a matar a 10 millones de personas al año en 2050. La lucha contra
la contaminación es clave, pues acelera la aparición, transmisión y propagación
de la resistencia a los antimicrobianos (RAM), cuyo coste económico puede
representar una caída del PIB mundial de al menos 3.400 millones de dólares
anuales para 2030, lo que conduciría a 24 millones de personas más a la pobreza
extrema.
Los ‘supermicrobios’ son cepas de bacterias, virus,
parásitos y hongos resistentes a la mayoría de los antibióticos y otros
medicamentos usados para tratar infecciones. Los expertos ya han advertido de
que si nos actúa de inmediato pueden llegar a provocar más mortalidad que el
cáncer.
La RAM ocurre cuando esas cepas se vuelven
resistentes a los tratamientos antimicrobianos que normalmente los mataban o
limitaban su crecimiento.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó a
la RAM en su lista de las 10 mayores amenazas para la salud en el planeta, y la
ONU considera "fundamental" limitar su aparición y propagación para
"preservar la capacidad de la medicina moderna de tratar enfermedades,
reducir al mínimo los riesgos que ponen en peligro la inocuidad y seguridad
alimentaria, y proteger el medio ambiente".
El riesgo es enorme: "Si los antimicrobianos
pierden su eficacia, la medicina moderna estaría en peligro de no poder tratar
siquiera las infecciones leves", expone la ONU.
En realidad, los ‘supermicrobios ya están entre
nosotros. En 2019, se les vinculó directamente a 1,27 millones de muertes en
todo el mundo. Además, las infecciones por patógenos resistentes a los
medicamentos tuvieron relación indirecta con 4,95 millones de muertes, según el
último informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
"La atención mundial a la RAM se ha centrado
principalmente en los sectores de la salud humana y la agricultura, pero cada
vez hay más pruebas de que el medio ambiente no solo desempeña un rol clave en
la aparición, transmisión y propagación de la resistencia a los
antimicrobianos, sino que también constituye una parte clave de la solución
para combatirla", destaca la ONU, que propone un enfoque multidimensional
para comprender su aparición, transmisión y propagación en el medio ambiente.
La
resistencia a los antimicrobianos está "estrechamente vinculada a la
triple crisis planetaria": cambio climático, pérdida de recursos naturales
y biodiversidad, y contaminación.
"Una crisis que empeora como consecuencia de
las actividades humanas y las modalidades de consumo y producción no
sostenibles", denuncia la ONU. De tal manera que resulta indispensable
luchar contra el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la
contaminación, puesto los tres propician la aparición de los ‘supermicrobios’.
El hecho de incrementar la frecuencia de uso y la
dosificación indebida de antimicrobianos, así como otros factores de estrés
microbiano (por ejemplo, la presencia de contaminantes) crea condiciones
favorables para que los microorganismos patógenos desarrollen resistencia tanto
en humanos (lo que provoca enfermedades) como en el medio ambiente (lo que
genera fuentes de infección como las aguas residuales).
La prevención constituye, según la ONU, "el
núcleo de la respuesta a la RAM y, justamente, el medio ambiente es una parte
clave de la solución".
El informe del PNUMA recoge que la respuesta a la
RAM debe basarse en el enfoque de "Una sola salud", que tiene en
cuenta que existe una interdependencia entre el medio ambiente y la salud de
los seres humanos, los animales y las plantas, al tiempo que propone una acción
integral en los planos mundial, regional y local, con la participación de todos
los sectores, partes interesadas y organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales.
El documento incluye una larga lista de soluciones.
Por lo que se refiere al sector farmacéutico, propone "fortalecer los
marcos normativos y los sistemas de inspección, incentivos y subsidios para
procurar que se implementen actualizaciones en el proceso de fabricación"
de medicamentos.
En el sector de la alimentación y la agricultura
destaca entre las propuestas la de "limitar el uso de antimicrobianos y
reducir los vertidos de residuos al medio ambiente para proteger las fuentes
hídricas de los perjuicios causados por los contaminantes, los microorganismos
resistentes y la contaminación por residuos antimicrobianos".
También reclama "evitar el uso de antibióticos
utilizados como último recurso en medicina humana" y "mejorar la
gestión de fertilizantes de origen fecal".
Por lo que respecta a los servicios de salud plantea
la necesidad de "garantizar procesos seguros y sostenibles en materia de
eliminación, adquisición, gestión y tratamiento de los medicamentos
antimicrobianos, así como en materia de eliminación de los residuos peligrosos
de los centros de salud".
"Fortalecer los marcos de investigación
científica e innovación con el objetivo de reducir el uso de antimicrobianos y
reducir al mínimo los vertidos de microorganismos resistentes y antimicrobianos
al medio ambiente" es otra de las soluciones propuestas por la ONU.
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