El origen extraterrestre del oro

 

Sin duda, el oro no es de este planeta. Los científicos coinciden en que llegó a la Tierra por una lluvia de meteoritos. Su origen puede estar en la explosión de una supernova o en el choque de dos estrellas de neutrones.

El oro que conocemos es un mineral demasiado precioso para tener un origen vulgar. De hecho, proviene de algo tan brillante como las estrellas y llegó a la Tierra hace unos cuatro mil millones de años, mucho después de la formación del núcleo de nuestro planeta.

En sus inicios, hace unos 4.500 millones de años, la Tierra era básicamente una bola de magma. Durante el proceso de enfriamiento, los materiales más densos se fueron hundiendo hacia el centro. Por eso se vieron arrastrados hasta el núcleo, compuesto sobre todo por hierro, la mayor parte de los metales más pesados.

De ahí que no se entendiera la gran cantidad de oro y otros metales preciosos presentes en la actualidad en el manto de la Tierra. Diversas investigaciones científicas han concluido que la presencia de ese oro solo se puede explicar por el impacto de meteoritos cargados de este y otros metales preciosos.

Una de las investigaciones, publicada en la revista ‘Nature’, calcula que la tormenta de meteoritos pudo aportar a la Tierra unos 20 trillones de toneladas de material. Y otro estudio, publicado en la en la revista ‘Science’, considera que nuestro planeta no habría sido el único receptor de estos minerales, ya que también habrían llegado a Marte y a la Luna de forma similar.

¿De dónde provenía el oro?

Los científicos creen que el oro, al igual que la mayoría de los elementos más pesados que el hierro, se produce tanto por nucleosíntesis de supernovas como por la colisión de estrellas de neutrones. Pero se desconoce cuál de estos dos procesos originó el oro que actualmente podemos extraer del manto de la Tierra.

En el interior de las estrellas se producen constantes procesos de fusión nuclear. El elemento más abundante y más simple es el hidrógeno, cuyos átomos contienen un electrón y un neutrón. Cuando se fusionan dos de estos átomos a causa de la presión y la gravedad, se produce un átomo de helio. A su vez, la fusión del helio produce litio. Y los procesos de fusión continúan hasta llegar al hierro, que se empieza a formar cuando en la estrella ya no queda más combustible que fusionar.

Las supernovas son estrellas masivas que ya no pueden desarrollar reacciones termonucleares en su núcleo. La presión las lleva a contraerse repentinamente y colapsar. Es en este proceso donde muchos científicos piensan que se forman materiales pesados como el oro, aunque algunos astrofísicos dudan que el flujo de neutrones en el interior de la supernova sea suficiente para formar elementos pesados en la cantidad necesaria.

El otro posible origen para nuestro oro sería un choque de estrellas de neutrones, que se forman tras el colapso de las supernovas. Muy recientemente, el 17 de agosto de 2017 se detectó uno de estos eventos cataclísmicos. Se estima que colisionaron dos estrellas de neutrones de solo unos diez kilómetros de diámetro que contenían tanta materia como el Sol.

En opinión de los científicos, un evento de este tipo pudo generar tanto oro como la masa de la Tierra. Para ello es necesario que el hierro se encuentre en un entorno muy rico en neutrones para poder capturarlos con gran rapidez. Como parte de estos neutrones sufren una rápida desintegración radiactiva y se convierten en protones, el hierro, que tiene 26 protones y 30 neutrones, puede transformarse en oro, que consta de 79 protones y 118 neutrones.

La precipitación del oro

Según las principales teorías vigentes, la gran lluvia de meteoritos con los metales preciosos provocó una agitación del manto de la Tierra que finalmente acabó generando la aparición de los depósitos de estos minerales. Los asteroides se habrían introducido en el manto terrestre gracias a los enormes procesos de convección.

El oro se encuentra principalmente en áreas con actividad sísmica o volcánica, que provocan que el oro salga a la superficie. Durante los terremotos, las variaciones en la presión a lo largo de la falla pueden hacer que el agua de la roca se evapore rápidamente. Y las sustancias que se disuelven en el agua, como el oro y los silicatos, precipitan más tarde en la superficie. En el caso de los volcanes, durante las erupciones expulsan muchos minerales que se hallan en capas más profundas del manto terrestre, y uno de ellos es el oro.

Aunque es posible hallar oro en todo el mundo, la distribución geográfica es muy desigual. Estados Unidos, Canadá, Australia, China, Rusia y Sudáfrica son los países con una mayor concentración de este metal precioso.

El primer capítulo de la serie The Golden Thread, que aborda la importancia que ha tenido y tiene el oro en diferentes ámbitos de nuestra vida, incide en el origen del oro y el papel fundamental que ha jugado este metal precioso en la exploración del espacio.

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