El día que los humanos activaron la máquina de Dios que podría destruir la Tierra

 

El 10 de septiembre del año 2008 la humanidad pudo activar uno de los hitos de la ciencia: el Gran Colisionador de Hadrones. Sin embargo, la llamada por algunos como "la máquina de Dios" por sus posibilidades de hallar el Bosón de Higgs también despertó algunos temores ante la posibilidad de crear un pequeño agujero negro amenazante.

El gran invento tecnológico es un anillo superconductor magnético de 27 kilómetros en tierras suizas. Su poder es tal que puede atacar las partículas elementales de la materia, hacer que las partículas se trasladen casi a la velocidad de la luz y cuenta con una aspiradora ultrarrápida. En cuanto a su función, es un acelerador de partículas subatómicas que permite a los científicos desarrollar una serie de experimentos que de otra manera sería imposible.

Hace 15 años el CERN de Suiza se puso a prueba su capacidad de mantenimiento con las temperaturas reducidas a 271,3 grados bajo cero con líquido para enfriar los imanes. Sin embargo, el estreno apenas duró unos milisegundos porque una explosión rompió uno de los tubos, deformó 53 imanes y liberó 6 toneladas del helio líquido que se emplea para enfriar el aparato. El error costó semanas de reparaciones, pero también abrió la puerta a una de las numerosas actualizaciones que han ido aumentado el poder del Gran Colisionador de Hadrones.

El prodigio tecnológico ha facilitado descubrimientos como el análisis de la existencia del bosón de Higgs, la búsqueda de partículas supersimétricas y otros hallazgos relacionados con la física subatómica.

No obstante, la gran capacidad del colisionador de hadrones también suscitó inquietudes antes de activarse porque una teoría sostiene que un fallo podría provocar la creación de un agujero negro que acabe con el planeta Tierra.

¿Podría el gran colisionador de hadrones acabar con la humanidad? La respuesta es que existe una posibilidad muy pequeña pero los científicos no están preocupados en absoluto. Para empezar, tendría que ocurrir una sucesión de fallos que contribuyeran al error fatal porque no es tan sencillo como apretar un botón equivocado en la consola de mandos. En segundo lugar, los expertos consideran que esta máquina de Dios todavía no cuenta con el potencial necesario. Es más, incluso se produjera el error, en Suiza únicamente surgiría un miniagujero negro que no sería peligrosa.

 

Las primeras teorías sobre la amenaza de la máquina de Dios se basan en evidencias científicas pero hay una última incógnita abierta: la fusión fría. Todavía no se ha probado la fusión fría, por lo que no se puede calcular lo que podría provocar. De hecho, las posibilidades teóricas contemplan desde una prueba controlada hasta una reacción en cadena que causaría las condiciones de varias explosiones equivalentes al Big Bang que no solo destruirían el planeta, sino la Vía Láctea y más allá.

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