Un telescopio capta una nave espacial quemándose al entrar en la atmósfera terrestre

La Agencia Espacial Europea (ESA) ha compartido un insólito vídeo que muestra los últimos momentos del satélite Aeolus en su reentrada a la atmósfera. Se trata de una animación (que se puede ver bajo estas líneas) compuesta por ocho fotos capturadas por la antena radar de 34 metros de diámetro del el Instituto Fraunhofer, en Alemania, donde se puede ver como la nave incandescente se tambalea al entrar en contacto con la atmósfera terrestre.

El Aeolus es el primer satélite dedicado a monitorizar los vientos terrestres y lleva desde 2018 ayudando a los investigadores a entender la evolución del clima en nuestro planeta. Hace poco más de un mes, tras exceder el tiempo previsto para su misión, comenzó su descenso programado hacia la atmósfera a la altura del estado norteamericano de Alaska. Según explica la ESA, el Aeolus descendió desde su órbita a 320 km de altura hasta los 120 km realizando complejas maniobras para colocarlo en una posición que permitiera que los fragmentos que no se hubieran quemado cayeran sobre el atlántico.

Esta nave es la primera en intentar una reentrada asistida. Los ingenieros de la ESA ordenaron al satélite que utilizara el combustible que le quedaba para ir bajando progresivamente su órbita y luego apagaron sus instrumentos para prepararlo para su desintegración en la reentrada. Según las estimaciones de la Agencia Espacial Europea, el 80% de la nave se quemó por la fricción con la atmósfera, mientras que el 20% restante sobrevivió y cayó sobre la Antártida.

Estas maniobras, explica la ESA, no sólo han reducido 150 veces el riesgo de caída de restos descontrolados, sino que han acortado en varias semanas la cantidad de tiempo durante el cual Aeolus permaneció sin control en órbita, limitando así la posibilidad de colisión con otros satélites. La idea de la Agencia Espacial es utilizar lo aprendido con la reentrada programada del Aeolus para ayudar a diseñar las muertes de las naves de futuras misiones.

 "Los operadores de naves espaciales están acostumbrados a dialogar con sus misiones, pero los desechos no pueden hablar. Estas últimas observaciones confirmaron que el quemado final de Aeolus había ido bien y que el satélite, ahora muerto, había entrado en la órbita elíptica esperada, con una altitud mínima de 120 km", explica Benjamin Bastida Virgili, experto de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA.

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