Científicos de la Universidad de Cambridge creen posible viajar en el tiempo
Científicos que exploran las extraordinarias
peculiaridades del reino cuántico han afirmado haber llevado a cabo con éxito
una simulación de viaje en el tiempo que podría contribuir a resolver problemas
físicos insuperables para la física convencional.
A pesar de sonar como el comienzo de la creación del
famoso DeLorean del Doc Emmet Brown, el equipo de la Universidad de Cambridge
insiste en que no han construido una máquina del tiempo en sí misma. Sin
embargo, señalan cómo su enfoque respeta las leyes físicas al no alterar
eventos pasados después de que hayan ocurrido.
La noción de que las partículas puedan retroceder en
el tiempo es un tema polémico que desconcierta a muchos. Pero para los físicos
cuánticos teóricos, la dirección del tiempo no es tan rígida. Y es que en el
pasado, científicos han logrado simular modelos teóricos sobre cómo podrían
comportarse los bucles espacio-temporales –si existieran– de maneras imposibles
de lograr en el mundo real.
En esta línea de modelos teóricos, un equipo de
científicos liderado por el físico David Arvidsson-Shukur de la Universidad de
Cambridge ha llevado a cabo un experimento cuyos resultados se han publicado en
la revista Physical Review Letters. En este experimento, han simulado un bucle
temporal regresivo que permite modificar los parámetros una vez que ya han sido
establecidos.
"Imagina que quieres enviar un regalo a
alguien: tienes que enviarlo el primer día para asegurarte de que llegue el
tercero", explica Arvidsson-Shukur del Laboratorio Hitachi de Cambridge.
"Sin embargo, solo recibes la lista de deseos de esa persona el segundo
día. Así que, en este escenario que respeta la cronología, te resulta imposible
saber de antemano qué querrá como regalo y asegurarte de enviar el
correcto", añade.
Para resolver este dilema, proponen la posibilidad
de cambiar lo que se envía el primer día con la información de la lista de
deseos recibida el segundo día, un fenómeno que, según los investigadores,
puede ocurrir en ciertas condiciones adecuadas.
Para lograr esto, los investigadores hacen uso de un
bucle espacio-temporal hipotético que se puede simular utilizando circuitos de
teletransporte cuántico creados con partículas entrelazadas.
"Nuestra simulación utiliza la manipulación del
entrelazamiento cuántico para mostrar cómo podrías cambiar retroactivamente tus
acciones previas para asegurarte de que el resultado final es el que
deseas", afirman los científicos.
Según el comunicado de prensa de la Universidad de
Cambridge, el entrelazamiento cuántico consiste en fuertes correlaciones que
las partículas cuánticas pueden compartir, a diferencia de las partículas
clásicas que se rigen por la física cotidiana. Cambiar las propiedades de una
sola partícula cuántica induce el mismo cambio en las demás. Al medir las
propiedades de una de estas partículas, se establece instantáneamente el estado
complementario de la otra, lo que subyace en la peculiaridad de la física
cuántica. Esta característica es esencial en la computación cuántica, donde se
aprovechan partículas entrelazadas para realizar cálculos demasiado complejos
para las computadoras clásicas.
Así, el equipo de investigadores de Cambridge llevó
a cabo simulaciones del entrelazamiento de dos partículas. Una de ellas se
utilizó en un experimento y, al obtener nueva información después de
completarlo, habría alterado su comportamiento inicial. En este escenario,
"el experimentalista manipula la segunda partícula para efectivamente
alterar el estado anterior de la primera, modificando así el resultado del
experimento", explica Nicole Yunger Halpern, coautora del estudio e
investigadora del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST) y de la
Universidad de Maryland.
En otras palabras, como explica Science Alert, los
científicos consiguieron influir en las propiedades de una partícula y observar
cambios simultáneos en la otra, un fenómeno conocido como teletransporte
cuántico. Este trabajo aprovecha así las partículas entrelazadas no solo para
transmitir información a través del espacio físico, sino también hacia atrás en
el tiempo.
"El efecto es notable, ¡pero solo ocurre una de
cada cuatro veces!", enfatiza Arvidsson-Shukur. "En otras palabras,
la simulación tiene un 75 % de posibilidades de fallar. Sin embargo, la buena
noticia es que uno puede detectar el fallo. Siguiendo con nuestra analogía del
regalo, una de cada cuatro veces, el regalo será el esperado (por ejemplo, un
par de pantalones), en otra será un par de pantalones, pero de la talla o color
incorrectos, o incluso será una chaqueta", añade.
Aunque el experimento aún no se ha realizado, los
cálculos indican que es verificable en un experimento real. Para lograr este
objetivo aparentemente imposible, proponen usar un filtro, entrelazando un gran
número de fotones, que permita al experimentador teórico enviar una serie de soluciones
y luego simplemente filtrar el 75 % que no desea.
"Supongamos que enviar regalos es económico y
que podemos enviar numerosos paquetes el primer día", explica el coautor
Aidan McConnell, doctor que llevó a cabo esta investigación durante su máster en
el Laboratorio Cavendish de Cambridge. "El segundo día sabemos qué regalo
deberíamos haber enviado. Cuando lleguen los paquetes el tercer día, uno de
cada cuatro regalos será correcto, y los seleccionamos informándole al
destinatario qué envíos debe descartar", añade.
Por su parte, Arvidsson-Shukur califica como
tranquilizador el hecho de que necesiten utilizar un filtro para que su
experimento funcione. "El mundo sería muy extraño si nuestra simulación de
viaje en el tiempo funcionara siempre. La relatividad y todas las teorías sobre
las que construimos nuestra comprensión del universo se irían al garete",
afirma.
Es esencial destacar que este estudio se basa
únicamente en simulaciones: aunque han demostrado que es posible cambiar los
resultados de un experimento en el pasado en un 25 % de los casos, esto no
implica que este conocimiento permita que cualquier persona pueda viajar para,
por ejemplo, alterar su propio pasado.
"No proponemos una máquina para viajar en el
tiempo, sino una inmersión en los fundamentos de la mecánica cuántica. Estas
simulaciones no permiten volver atrás y alterar el pasado, pero sí crear un
mañana mejor solucionando hoy los problemas de ayer", concluyeron los investigadores.
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