Este es el desierto más pequeño del mundo
En nuestro planeta encontramos infinitos paisajes increíbles que muchos no creen que existen hasta que los visitan. Si viajas por cualquier país del mundo podrás descubrir parajes naturales cuyos encantos y deslumbrante apariencia te dejarán sin palabras. Algunos de ellos son muy famosos y miles de personas sueñan con conocerlos.
Las Cataratas del Niágara, la selva amazónica, los
glaciares del polo norte o las auroras boreales son algunos de estos enclaves
que todo el mundo quiere visitar al menos una vez en la vida. Pero existen
otros destinos naturales que son una auténtica maravilla y que a día de hoy son
casi desconocidos. De hecho, en Canadá se encuentra un enclave misterioso que
pocos conocen y cuyos orígenes asombran a todo el mundo.
Si pensamos en un desierto se nos viene a la cabeza
una inmensa extensión árida sin vegetación y con muy pocas especies animales.
Tendemos a pensar en destinos desérticos como el Sáhara, un imponente y cálido
territorio que ocupa un tercio de África, pero no todos los desiertos son así.
La característica principal de un desierto es la escasez de precipitaciones que
genera un ecosistema con poca biodiversidad y suelos arenosos.
Si nos basamos en estas características, podemos
encontrar desiertos en lugares que nunca imaginarías como Alaska o la
Antártida. De hecho, allí se encuentra uno de los desiertos más grandes del
planeta cuyas propiedades destacan por ser el territorio más gélido, árido y
ventoso.
Si viajas hasta Canadá podrás descubrir un desierto
muy peculiar por su ubicación, tamaño y origen. Se trata del desierto de
Carcross, ubicado en las inmediaciones del lago Bennett, en Yukón. Este
territorio árido es uno de los fenómenos naturales más singulares del mundo y
que sorprende a científicos y viajeros.
Su extensión se limita a 260 hectáreas que lo
convierten en algo mínimo y pequeño si lo comparamos con el desierto del
Sáhara. Pero Carcross tiene una gran relevancia debido a su extensión y su
asombroso origen. Los 2,6 kilómetros cuadrados de arena fina, dunas y
vegetación típica del clima, están rodeados de majestuosas montañas y se
encuentra a poco más de 500 kilómetros de Alaska.
Carcross destaca como uno de los fenómenos naturales
más curiosos del planeta, y no es para menos. Su escasa extensión y su clima
singular hace que muchos cuestionen si realmente merece la denominación de
desierto. Los expertos explican que esta zona formaba parte de un inmenso
glaciar que con el tiempo perdió su solidez y se transformó en grandes lagos.
Los investigadores remontan este hecho a la última
edad de hielo, hace más de 10.000 años, cuando la zona era un glaciar. Cuando
esos lagos se secaron, el viento y la acumulación de sedimentos crearon una
superficie arenosa con la apariencia similar a las de las dunas.
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