Hallan en Francia un gran yacimiento de hidrógeno blanco

 

En un golpe de suerte, dos investigadores franceses, Jacques Pironon y Phillipe De Donato, se toparon esta semana con un hallazgo extraordinario que podría impulsar la lucha mundial contra el cambio climático: una mina de hidrógeno blanco.

Mientras buscaban combustibles fósiles en el noreste de Francia, estos directores de investigación del Centro Nacional de Investigación Científica descubrieron una importante reserva de hidrógeno natural.

Los científicos estaban evaluando los niveles de metano en el subsuelo de la cuenca minera de Lorena utilizando una sonda de última generación para analizar los gases disueltos en el agua de formaciones rocosas subterráneas profundas.

A medida que la sonda profundizaba, detectaba una presencia creciente de hidrógeno, que alcanzaba un máximo del 20% a 1.250 metros. Este descubrimiento excepcional sugería la existencia de una enorme reserva de hidrógeno, cuyo contenido se estimaba entre 6 y 250 millones de toneladas métricas.

Pironon declaró a CNN que este yacimiento podría ser una de las mayores reservas de “hidrógeno blanco” jamás descubiertas.

El hidrógeno blanco puede ser de ayuda contra el cambio climático

También conocido como hidrógeno “natural”, “dorado” o “geológico”, este gas de origen natural se ha convertido recientemente en uno de los principales agentes del cambio climático.

Cuando se quema, el hidrógeno sólo produce agua, lo que lo convierte en una excelente alternativa de energía limpia para sectores que consumen mucha energía, como la aviación, el transporte marítimo, la siderurgia, y que no pueden depender únicamente de energías renovables como la solar y la eólica.

Sin embargo, la ubicuidad del hidrógeno en el universo no equivale a su fácil accesibilidad en la Tierra, donde a menudo existe combinado con otras moléculas.

La producción comercial de hidrógeno requiere mucha energía y depende principalmente de los combustibles fósiles. De ahí que el descubrimiento del hidrógeno blanco represente una prometedora fuente de energía limpia sin explotar.

Durante años, la comunidad científica descartó la posibilidad de que existieran importantes reservas naturales de hidrógeno.

Sin embargo, una serie de descubrimientos, empezando por un pozo en el pueblo maliense de Bourakébougou, han desafiado esta creencia.

El pozo, inicialmente abandonado tras una explosión en 1987, fue reabierto en 2011, revelando un gas que contenía un 98% de hidrógeno. Desde entonces, este hidrógeno abastece a la aldea.

Estas revelaciones han despertado el interés de científicos como Geoffrey Ellis, geoquímico del Servicio Geológico de Estados Unidos. Anteriormente escéptico sobre el hidrógeno natural, Ellis sostiene ahora que hemos estado buscando en los lugares equivocados

Su renovado optimismo es compartido por Isabelle Moretti, investigadora científica especializada en hidrógeno blanco, que reconoce su potencial, pero se pregunta por la localización de grandes reservas económicas.

Esta incógnita ha desencadenado una carrera competitiva entre las empresas emergentes, que pugnan por explotar esta escurridiza mina de oro energética.

Gold Hydrogen, con sede en Australia, ya está perforando en el sur del país, mientras que Koloma y Natural Hydrogen Energy, con sede en Denver, avanzan a pasos agigantados con fuertes inversiones.

A pesar del entusiasmo, el camino que lleva del potencial a la realidad presenta obstáculos. Hay que tener en cuenta la rapidez, los avances tecnológicos, la normativa y los costes.

De vuelta a la cuenca de Lorena, Pironon y De Donato tienen previsto perforar hasta 3.000 metros para determinar la magnitud de su descubrimiento de hidrógeno blanco. Si tienen éxito, esta antigua región carbonífera podría convertirse en el epicentro de una nueva revolución del hidrógeno blanco.

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