Una estrella rebelde podría expulsar a la Tierra del Sistema Solar
La llegada de una estrella rebelde a nuestro
vecindario cósmico podría cambiar violentamente el orden del Sistema Solar. Una
de estas estrellas, que han perdido la relación gravitacional con su entorno,
podría eyectar a la Tierra hacia el espacio interestelar, hacer que choque con
otro planeta o incluso provocar que colisione contra el Sol.
Un nuevo estudio científico examina qué podría
suceder si una estrella rebelde se acercara a 100 Unidades Astronómicas del
Sol: los investigadores creen que una posible consecuencia afectaría
directamente a la Tierra, expulsándola del Sistema Solar. Esta y otras
posibilidades estarían relacionadas con el desajuste que generaría el evento en
las órbitas de los diferentes cuerpos: súbitamente, el orden que caracteriza al
Sistema Solar en este período de la historia cósmica se vería subvertido.
Según un artículo publicado en Universe Today, las
posibilidades de que ocurra un evento de estas características son mínimas,
pero el suceso no puede descartarse. El trabajo científico, dirigido por el
astrónomo Sean Raymond, del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS)
de Francia, se ha publicado en ArXiv y próximamente aparecerá en la revista
Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.
Mientras la mayoría de las estrellas están unidas
gravitacionalmente a sus galaxias y se mueven a la par de su entorno, en
ocasiones algo extraño puede romper ese vínculo. Por ejemplo, cuando una
estrella se acerca demasiado a un agujero negro supermasivo, la gigantesca
estructura puede expulsarla al espacio y transformarla en una estrella rebelde.
A partir de ese momento, vagará sin rumbo por el cosmos.
¿Qué sucedería si una estrella de este tipo
irrumpiera abruptamente en el Sistema Solar? En primer término, rompería el
“caos ordenado” que caracteriza a esta parte del cosmos en estos tiempos:
aunque el Sistema Solar tiene un pasado salvaje y violento dominado por
intensas colisiones y explosiones, luego de su primera etapa de formación se ha
mantenido relativamente estable. Presenta planetas interiores y exteriores con
una órbita previsible, girando alrededor de una estrella vigorosa.
Pero si otra estrella se acercara demasiado, los
enlaces gravitacionales invisibles que mantienen todo funcionando como está se
estirarían o romperían. La Tierra es un planeta diminuto que contiene sólo un
mínimo porcentaje de la masa del Sol: depende de sus “caprichos” y de su
poderosa gravedad. La aparición de otra estrella en el sistema implicaría que
nuestro planeta quede completamente a merced del nuevo paradigma gravitacional.
En ese contexto, los científicos plantearon tres
posibles escenarios: la Tierra podría ser expulsada del Sistema Solar,
transformándose en un planeta errante en el espacio interestelar, o quizás
colisionar contra otro planeta. Incluso, podría terminar chocando contra el
mismo Sol y desintegrándose.
En cualquiera de las tres alternativas, las
consecuencias para la vida en nuestro planeta serían terribles, no solo por las
posibles colisiones sino además porque estaríamos abandonando la región
habitable del Sistema Solar, esa zona de confort que hizo posible el desarrollo
y la evolución de la vida compleja en nuestro planeta.
Sin embargo, podemos estar tranquilos: existe solo
un 1% de posibilidades de que una estrella rebelde aparezca por este sector del
Universo. Además, a pesar de la diversidad de posibles vías evolutivas, los
astrónomos creen que hay muchas probabilidades de que la situación actual de
nuestro Sistema Solar no cambie demasiado, por lo menos en un escenario
temporal cercano.
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