Una nueva especie de sapo hallada en Kenia revela la historia evolutiva oculta de los anfibios africanos
En los altos bosques del monte Kenia, que da nombre
al país, se ha hallado una nueva especie de anfibio, el sapo volcánico de Kenia
(Kenyaphrynoides vulcani), que ha arrojado algo de luz sobre la misteriosa
historia evolutiva de los anfibios en África Oriental y que está desafiando las
nociones previas sobre la historia biogeográfica de la región.
La Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC) ha
participado en la identificación de esta nueva especie, con la colaboración del
Museo de Historia Natural de Londres y el Museo Nacional de Kenia. “Fue
increíble ver las primeras imágenes del animal. Con un primer vistazo, estaba
claro que se trataba de una nueva especie. No se parecía a ninguna otra”,
relata Christoph Liedtke, investigador de la Estación Biológica de Doñana y
primer autor del estudio.
“Tenía algunas semejanzas con los sapos de los
bosques montañosos de Tanzania que habíamos estado estudiando, pero estas
tierras son mucho más antiguas. El Monte Kenia era relativamente joven en
comparación, por lo que era extraño encontrar a una especie como está allí”,
añade.
Fue increíble ver las primeras imágenes del animal.
Con un primer vistazo, estaba claro que se trataba de una nueva especie
El descubrimiento de la nueva especie de sapo ha
desconcertado a la comunidad científica por su singular aspecto y también por
su inesperada procedencia. Contrariamente a la creencia predominante de que la
mayoría de las especies de anfibios de Kenia se originaron tras el descenso de
la actividad volcánica hace millones de años, el sapo volcánico de Kenia podría
haber evolucionado hace 20 millones de años, lo que lo hace bastante más
antiguo que la formación volcánica del propio monte Kenia. Hasta ahora solo se
ha encontrado un sapo macho, por lo que el equipo científico está deseando
descubrir más ejemplares para reconstruir su extraordinaria historia evolutiva.
Simon Loader, Conservador Principal de Vertebrados
del Museo de Historia Natural, expresó su asombro: "Muchas de las montañas
de Kenia son volcánicas o comparativamente nuevas desde el punto de vista
geológico, por lo que encontrar un linaje antiguo que ha persistido durante
millones de años es alucinante. Es un verdadero enigma averiguar cómo llegó
hasta aquí. Aunque no estamos seguros, parece que una vez tuvo una distribución
más amplia y, a medida que el clima cambió en los últimos 10 millones de años,
siguió avanzando junto a la selva tropical a medida que se desplazaba, hasta
terminar en la cima del monte Kenia".
Es un verdadero enigma averiguar cómo llegó hasta
aquí. Aunque no estamos seguros, parece que una vez tuvo una distribución más
amplia
El descubrimiento del sapo volcánico de Kenia pone
en entredicho la noción de "intervalo keniano", término que se
utiliza para describir el marcado contraste en la diversidad de anfibios entre
Kenia y sus países vecinos.
Mientras que Etiopía y Tanzania han sido durante
mucho tiempo focos de biodiversidad para los anfibios, la historia geológica de
Kenia y la frecuencia de la actividad tectónica la han convertido en un lugar
difícil para que prosperen estas especies. Las características únicas de
Kenyaphrynoides vulcani sugieren que el intervalo de Kenia puede que se trate
de algo tan sencillo como se creía.
Cuando el sapo fue descubierto por primera vez en
una trampa en el Monte Kenia en 2015, ya parecía ser muy diferente de las
especies que normalmente se encuentran en la región
Patrick Malonza y Victor Wasonga, conservadores de
los Museos Nacionales de Kenia y coautores del artículo, fueron los primeros en
darse cuenta de que se trataba de algo nuevo: "Nos sorprendió mucho ver
este animal: no se parecía a nada que hubiéramos visto antes, sino que se
parecía a una especie que conocíamos de Tanzania llamada Churamiti maridadi, un
sapo arborícola de los bosques húmedos de las montañas Ukaguru. Cuando mis
colegas de Kenia me enviaron esta foto de un sapo no identificado, pensaron que
era inusual y yo enseguida estuve de acuerdo en que era muy interesante".
No se parecía a nada que hubiéramos visto antes,
sino que se parecía a una especie que conocíamos de Tanzania llamada Churamiti
maridadi, un sapo arborícola
Para confirmar si se trataba de una nueva especie,
Malonza y Wasonga se pusieron en contacto con Liedtke y Loader, que habían
estado estudiando los sapos de los bosques montañosos Tanzania, con los que
este ejemplar compartía ciertas semejanzas. Había que comprobar si de verdad se
trataba de una especie diferente y, si era así, cuál era su relación con las
otras especies. Los resultados revelaron que no solo se trataba de una nueva
especie, sino de una rama aún más diferenciada del árbol de la vida, conocida
como género.
Entre los rasgos distintivos del nuevo sapo figuran
su menor tamaño, un cuerpo más parecido al de una rana y unas marcas
distintivas verdes y marrones. Sus diferencias genéticas y morfológicas con
respecto a otras especies de sapos conocidas han llevado a su reconocimiento de
género.
A pesar de haber sido descrita formalmente como una
nueva especie, aún se desconoce mucho sobre este sapo. Sus características
físicas, como las yemas de los dedos alargadas, sugieren que puede ser un
trepador. Sus pulgares también tienen puntas afiladas conocidas como espinas
nupciales, que se encuentran en muchas ranas y sapos macho, ya que ayudan al
macho a agarrarse a una hembra y estimularla para que se reproduzca.
Hendrik Müller, conservador de las Colecciones de
Ciencias Naturales y experto en biología del desarrollo de anfibios de la
Universidad Martin-Luther de Halle-Wittenberg, que también es coautor del
artículo, explica que estos sapos de bosque encontrados en las montañas de
África Oriental son poco comunes y no se parecen a un sapo típico. “Se sabe que
varios de ellos tienen una estrategia de reproducción inusual llamada
ovoviviparismo. En el ovoviviparismo, los huevos eclosionan dentro de la
hembra. Esto significa que las crías emergen de la madre como pequeños sapos,
en lugar de como renacuajos", añade.
Se sabe que varios de ellos tienen una estrategia de
reproducción inusual llamada ovoviviparismo en la que los huevos eclosionan
dentro de la hembra
El descubrimiento del sapo volcánico de Kenia ha
suscitado interrogantes sobre la posible existencia de otros linajes de
anfibios por descubrir en África Oriental, lo que subraya la necesidad de
seguir investigando y explorando la región. Hasta ahora, sólo se ha encontrado
un solo ejemplar, por lo que aún no se conoce nada sobre su historia natural y
vital, ni sobre lo común que es ni si necesita una atención especial para su
conservación.
"Aunque este nuevo género no cambia por
completo nuestra visión del Intervalo de Kenia, sugiere que la realidad es
mucho más compleja de lo que se ha sugerido”, afirma Liedtke.
"No podemos suponer, basándonos sólo en la
geología, que no existan otros linajes de anfibios. Aún estamos añadiendo ramas
importantes al árbol de la vida de los anfibios y es probable que muchos otros
lugares, sobre todo en el continente africano, alberguen una biodiversidad aún
por descubrir", concluye.
Tras la desaparición de los dinosaurios, los
fororracos (Phorusrhacidae) ocuparon el trono vacante de máximos depredadores
en América del Sur. La nueva serie documental La vida en nuestro planeta (Life
on our planet) de Netflix, que contó con el asesoramiento del científico
argentino Federico Degrange, revela los secretos de estas mortales y enormes
criaturas carnívoras que usaban sus picos como hachas o guillotinas para matar
a sus presas.
Investigadores del Institut de Ciències del Mar del
CSIC han publicado esta semana en la revista Science Advances un estudio en el
que revelan detalles acerca del papel que desempeñan estos organismos
microscópicos, que son importantes en el ciclo de los nutrientes y en la
fijación de carbono.
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