Los árboles avisan con años de antelación de las erupciones volcánicas
En un avance científico que podría transformar la forma en que monitoreamos la actividad volcánica, investigadores de la Universidad McGill de Canadá han descubierto que los árboles más verdes pueden actuar como centinelas naturales, hasta tal punto que pueden predecir con años de antelación cuándo un volcán está a punto de entrar en erupción.
Este innovador método podría permitir una
anticipación crucial para prepararse y mitigar posibles riesgos asociados con
las erupciones volcánicas.
El equipo de investigación, liderado por Robert
Bogue, se ha centrado en la observación de patrones de vegetación en el parque
nacional de Yellowstone en Estados Unidos, utilizando para ello imágenes de
satélite recopiladas a lo largo de casi cuatro décadas, desde 1984 hasta 2022.
Su enfoque se ha basado principalmente en el cambio en el color de las plantas
como indicador de actividad volcánica.
Históricamente las emisiones de dióxido de carbono
siempre han sido una especie de señales que desvelan la actividad volcánica,
aunque no es algo tan sencillo, sobre todo si intenta medirse en áreas remotas
y con vegetación densa.
Para superar esta limitación, los científicos han
observado que las plantas responden directamente a los cambios en la actividad
volcánica. En el periodo previo a la erupción, el aumento del dióxido de
carbono estimula el crecimiento de las plantas, lo que se traduce en un tono
más verde en las imágenes de satélite.
En cambio, cuando la actividad volcánica alcanza su
punto máximo, las plantas sufren debido al dióxido de azufre y las altas
temperaturas, manifestándose en un tono más marrón.
Los resultados de esta investigación, que se han
publicado en la revista 'Geochemistry, Geophysics, Geosystems' sugieren que la
observación satelital de la salud de las plantas podría proporcionar una alerta
temprana de actividad volcánica.
Este enfoque podría resultar especialmente efectivo
en el monitoreo de estratovolcanes de forma cónica situados en zonas boscosas
como el volcán Taal en Filipinas o el Etna en Italia.
Volcanes como el Etna en Italia han sido
históricamente activos y han representado riesgos significativos para las
poblaciones circundantes.
Los beneficios de poder anticiparse a erupciones
como las de La Palma o Islandia
El potencial de esta técnica para transformar la
vigilancia volcánica es significativo. Y es que la detección temprana de
cambios en la salud de la vegetación podría ofrecer a las comunidades locales,
así como a los científicos y autoridades de gestión de desastres, una
herramienta casi infalible para anticipar y responder a las amenazas
volcánicas.
Imaginemos cómo habría cambiado el panorama aquel 21
de septiembre de 2021 cuando entró en erupción el volcán de La Palma si se
hubiera podido prever con antelación, o la reciente erupción del volcán en
Grindavík, Islandia.
La comunidad científica espera con entusiasmo la
validación a nivel mundial de estos hallazgos y la posible implementación de
este método revolucionario en otras regiones volcánicas del mundo.
La capacidad de anticipar y prepararse para
erupciones volcánicas con una mayor anticipación podría salvar vidas y reducir
los impactos devastadores asociados con estos eventos naturales.
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