Un yacimiento de Marruecos revela un mundo desconocido de dinosaurios
Un yacimiento de fósiles de Marruecos ha revelado cosas sorprendentes sobre los últimos dinosaurios que habitaron África, como que algunos podrían haber llegado desde lugares muy lejanos.
En el campo de la paleontología, siempre hay que
estar preparado para que algo que creíamos saber con certeza sea cuestionado
por nuevos descubrimientos. Así ha sucedido con los hallazgos de un yacimiento
de fósiles en Marruecos, que revelan hechos sorprendentes y que cuestionan
cosas que considerábamos verdades establecidas.
El yacimiento en cuestión es la cuenca sedimentaria
de Ouled Abdoun, situada cerca de la ciudad de Khouribga, en el norte de
Marruecos. Allí se encuentran fósiles de finales del Cretácico, un escaso
millón de años antes de la extinción masiva del Cretácico-Paleógeno; entre
ellos dinosaurios, reptiles marinos y peces. Y lo que se deduce de su estudio
es sorprendente.
Una de las cosas que hay que poner en duda es la
idea establecida que los dinosaurios ya se encontraban en declive cuando se
produjo su extinción, debido al cambio climático y al vulcanismo. Se ha
observado que, en efecto, muchas familias de dinosaurios así como de otros
reptiles prehistóricos parecen disminuir en variedad durante el Cretácico.
Sin embargo, lo que nos muestra este yacimiento es
todo lo contrario: una gran variedad de dinosaurios, que van desde saurópodos y
depredadores de tamaño mediano hasta dinosaurios de pico de pato y carnívoros
del tamaño de un perro grande. Esto demuestra que la fauna en lo que hoy es el
norte de África era bastante variada y que, por lo tanto, no todos los
dinosaurios estaban en declive.
Hay que considerar que África, a finales del
Cretácico, no era la gran masa continental que es hoy ya que el nivel del mar
era mucho más alto. Según los científicos, en aquella época era una gran isla
continente con un tamaño parecido al de Australia en la actualidad. Y
generalmente, la diversidad en los entornos insulares era menor; sin embargo,
lo que muestran los hallazgos es una diversidad comparable a la de las masas
terrestres amplias.
Los herbívoros africanos a finales del Cretácico
incluían, por ejemplo, a saurópodos titanosáuridos del tamaño de elefantes y
hadrosaurios (dinosaurios de pico de pato) del tamaño de un caballo. Pero lo
más interesante son los carnívoros, que eran bastante diversos, lo que implica
una abundancia y variedad de herbívoros; ya que normalmente, los carnívoros se
especializan en tipos específicos de presas.
Entre estos se han encontrado fósiles de tres
especies endémicas de abelisáuridos, una familia de terópodos propios del
hemisferio sur. Una es el Chenanisaurus barbaricus, que con casi 10 metros de
largo y 2 de altura, era el depredador alfa de su ecosistema. Las otras dos, de
menor tamaño (una tan grande como un caballo y la otra como un perro grande),
aún no han sido nombradas.
Así pues, la creencia de que todos los dinosaurios
estaban en declive cuando se extinguieron debe ser revisada. Al contrario,
varios expertos creen que una parte de ellos estaban en una época de bonanza,
como Nicholas R. Longrich, profesor de paleontología y biología evolutiva en la
Universidad de Bath (Reino Unido): “En latitudes bajas, los dinosaurios estaban
prosperando, incluso diversificándose”.
Longrich sostiene que los dinosaurios fueron
exterminados en su mejor momento: “Durante más de 100 millones de años,
evolucionaron y se diversificaron, produciendo una notable variedad de
especies: depredadores, herbívoros, especies acuáticas e incluso formas
voladoras, las aves. Luego, en un solo momento catastrófico, todo fue
aniquilado en los meses de oscuridad causados por el polvo y el hollín del
impacto.”
El segundo hecho sorprendente es que algunos de
estos dinosaurios parecen haber llegado a África a nado; concretamente, los
hadrosaurios. Esta familia de herbívoros evolucionó en lo que hoy es América
del Norte, que entonces se encontraba separada de África por el mar; es más,
como ya se ha dicho, esta era una isla en aquellos tiempos.
Al menos tres especies de hadrosaurios habitaban el
norte de África a finales del Cretácico. Entre estos se encuentra una especie
recientemente descrita, Minqaria bata, del tamaño de un poni. Aunque eran
pequeños dentro de su familia, su cerebro era excepcionalmente grande para los
estándares de los dinosaurios. Poseían una cresta alargada en la cabeza que
probablemente utilizaban para emitir sonidos y comunicarse.
Puesto que estos hadrosaurios, según lo que
conocemos, aparecieron mucho después de que África quedase aislada del resto de
tierras emergidas, la única posibilidad es que llegasen hasta allí nadando. El
problema es que para llegar tenían que cruzar cientos de kilómetros de aguas
abiertas, algo que Longrich considera “extremadamente improbable”.
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