Filman por primera vez un calamar colosal vivo en su hábitat natural
Un ejemplar juvenil de Mesonychoteuthis hamiltoni fue captado a 600 metros de profundidad en las aguas del Atlántico Sur, cerca de las islas Sandwich del Sur
En un hito sin
precedentes, un equipo de investigadores ha conseguido grabar por primera vez
en la historia a un calamar colosal vivo (Mesonychoteuthis hamiltoni)
en su entorno natural. El ejemplar, de unos 30 centímetros de longitud,
fue observado a aproximadamente 600 metros de profundidad, cerca del
archipiélago de las islas Sandwich del Sur, mientras el vehículo operado
remotamente SuBastian, del Schmidt Ocean Institute, descendía a
través de la columna de agua durante una inmersión científica.
Esta expedición,
desarrollada en colaboración con el proyecto Ocean Census, tenía como
objetivo la exploración y el descubrimiento de nuevas especies marinas en una
de las regiones más remotas y menos estudiadas del planeta.
Un siglo esperando
este momento
El calamar colosal fue
descrito científicamente por primera vez en 1925, hace justo 100 años,
a partir de restos parciales encontrados en el estómago de un cachalote
cerca de las islas Shetland del Sur. Desde entonces, aunque se han recuperado
varios especímenes muertos o fragmentados, nunca se había registrado una
filmación de un ejemplar vivo, lo que convierte este avistamiento en un
momento de enorme valor científico.
Una criatura de
proporciones asombrosas
Aunque el ejemplar
observado era aún juvenil, los calamares colosales adultos pueden alcanzar
entre 6 y 7 metros de longitud total y superar los 500 kilogramos de
peso, lo que los convierte en los invertebrados más pesados conocidos
por la ciencia. En su juventud, pueden ser presa de peces, aves marinas y
mamíferos marinos, pero en edad adulta sus únicos depredadores conocidos
son los cachalotes y los tiburones dormilones. No obstante, también se han
encontrado restos de calamares colosales en los estómagos de bacalaos
australes, aunque se cree que fueron carroñados.
La confirmación de
este avistamiento fue posible gracias al trabajo conjunto de la experta en
calamares de cristal Dra. Aaron Evans y la profesora asociada y
directora de laboratorio en la Universidad de Tecnología de Auckland (Nueva
Zelanda), la Dra. Kat Bolstad, quien además narra el vídeo captado
durante el histórico encuentro.
Este descubrimiento
marca un nuevo capítulo en la comprensión de las especies abisales y abre
nuevas vías para la investigación del ecosistema profundo, uno de los más
misteriosos y menos explorados del planeta.
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