El Tyrannosaurus rex apareció en Asia

Un nuevo estudio internacional revela que el icónico depredador del Cretácico tardío no evolucionó en América del Norte, como se creía, sino que migró desde Asia tras una transformación climática que favoreció su expansión y gigantismo

El Tyrannosaurus rex, considerado el rey indiscutible de los dinosaurios carnívoros, no surgió en América del Norte. Así lo sostiene un nuevo estudio publicado por la revista Royal Society Open Science, fruto de una colaboración internacional entre investigadores del University College London, Estados Unidos, Reino Unido y Argentina. La investigación establece que los ancestros directos del T. rex procedían de Asia y llegaron a Laramidia —la franja occidental del antiguo continente americano— cruzando el puente terrestre del estrecho de Bering.

“El origen geográfico del Tyrannosaurus rex ha sido motivo de intenso debate. Nuestro modelo sugiere que sus 'abuelos' llegaron desde Asia cruzando el estrecho de Bering”, explica Cassius Morrison, autor principal del trabajo. A través de modelos matemáticos que integran datos fósiles, genealogía evolutiva y reconstrucciones climáticas, los expertos han determinado que la anatomía del T. rex está más vinculada al Tarbosaurus asiático que a sus presuntos parientes norteamericanos como el Daspletosaurus.

Un viaje prehistórico con consecuencias evolutivas

La migración de estos tiranosáuridos asiáticos habría tenido lugar en un periodo posterior a un importante descenso térmico global, hace 92 millones de años. Esta transformación climática, sucedida tras el máximo térmico del Cretácico, supuso la extinción de varios grandes depredadores, como los carcharodontosáuridos, y abrió la puerta a nuevas especies en la cima de la cadena alimentaria.

“El enfriamiento global eliminó a los competidores y dejó un vacío ecológico que los tiranosaurios ocuparon con rapidez, aumentando de tamaño de forma drástica”, señala Charlie Scherer, coautor del estudio. Este fenómeno se repitió en otros continentes con grupos afines como los megaraptores, depredadores más esbeltos con garras enormes y extremidades alargadas que se dispersaron desde Asia hacia África, Europa, Sudamérica y Australia.

Un gigante forjado por el clima y la oportunidad

Mientras el Tyrannosaurus rex dominaba su ecosistema americano con presas como Triceratops y Edmontosaurus, sus parientes evolucionaban en otras partes del mundo. En lugares como la Patagonia, los megaraptores asumieron el papel de depredadores alfa, cazando probablemente saurópodos jóvenes y especies locales.

“El análisis de esta migración y de los factores climáticos que marcaron su desarrollo permite entender por qué el Tyrannosaurus rex se convirtió en uno de los dinosaurios más imponentes de su época”, apunta el paleontólogo Mauro Aranciaga Rolando, del Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia.

Con hasta 12 metros de longitud y un peso de 9 toneladas, el T. rex dominó el norte del continente americano hasta la extinción masiva del Cretácico. “Parece que los tiranosaurios pudieron alcanzar grandes tamaños de forma independiente en varias ocasiones, gracias a la ventaja evolutiva que les ofrecía un clima más frío”, concluye Steve Brusatte, paleontólogo de referencia, que ha calificado el estudio como “una contribución de gran valor al conocimiento sobre los dinosaurios depredadores”.

Comentarios

Entradas populares