Descubren en Argentina una nueva especie de dinosaurio saurópodo con rasgos únicos
Paleontólogos del Conicet hallan en Neuquén los restos de Astigmasaura genuflexa, un dinosaurio herbívoro de 18 metros de largo, que habitó la Patagonia hace 95 millones de años
Se trata del primer esqueleto posterior completo de un
rebaquisáurido y podría ser clave para entender las últimas etapas evolutivas
de este grupo antes de su extinción
Un equipo de
investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(Conicet) de Argentina, en colaboración con expertos de otras instituciones del
país, ha identificado una nueva especie de dinosaurio saurópodo en la región
patagónica. Bautizada como Astigmasaura
genuflexa, la criatura vivió hace unos 95 millones de años en lo
que hoy es la localidad de El Orejano, en la provincia de Neuquén.
El
descubrimiento, publicado en la revista Cretaceous
Research, forma parte de un estudio que analiza la diversidad de
los dinosaurios rebaquisáuridos, un linaje de grandes herbívoros de cuello y
cola larga que dominaron los ecosistemas sudamericanos durante el Cretácico.
Una morfología singular y un esqueleto revelador
Según el
Conicet, Astigmasaura alcanzaba los 18 metros de longitud y
pesaba más de 10 toneladas. Su anatomía destaca por las peculiares vértebras
caudales, con prolongaciones óseas muy desarrolladas hacia arriba y hacia los
lados, así como arcos hemales de formas inusuales, incluyendo estructuras en
forma de bota o estrella. También llamaron la atención de los paleontólogos sus
patas traseras esbeltas y los dedos de los pies notablemente ensanchados.
El hallazgo
es especialmente relevante porque es la primera vez que se encuentra la parte
posterior del esqueleto de un dinosaurio de esta familia tan bien conservada,
incluyendo ambos miembros posteriores, la cadera y media cola. Esto permite
avanzar en el conocimiento anatómico del grupo, hasta ahora escasamente
documentado en este aspecto.
“Astigmasaura representa una de las últimas especies
conocidas de rebaquisáuridos antes de su extinción, hace unos 90 millones de
años, y resulta clave para reconstruir las fases finales de su evolución en la
Patagonia”, señala Flavio Bellardini, becario posdoctoral del Conicet y primer
autor del estudio.
Una excavación compleja en pleno desierto patagónico
El trabajo de
campo fue largo y exigente: cinco campañas paleontológicas y más de treinta
días de excavaciones intensas en condiciones adversas. Los restos recuperados
fueron sometidos a detallados estudios comparativos, en los que se
identificaron tanto similitudes con otros rebaquisáuridos como rasgos
anatómicos inéditos que justifican la definición de una nueva especie.
El nombre Astigmasaura, del latín a-
y stigma ("sin signos"), hace referencia a la
expresión popular “el orejano”, usada en Argentina para describir a los
animales sin marcas de propiedad, en alusión al lugar del hallazgo. El epíteto genuflexa proviene de genus
("rodilla") y flectere
("doblar"), y alude a la postura en la que fue encontrado el fósil: arrodillado,
con las patas traseras dobladas.
Los
investigadores esperan que este descubrimiento impulse nuevos estudios sobre
locomoción y comportamiento de los grandes saurópodos, así como sobre su
diversidad y adaptación antes de desaparecer de los ecosistemas de la era
mesozoica.
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